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La denuncia fue realizada el 30 de julio último por el abogado Vicente Gill Ovelar (38) ante la comisaría Primera de Asunción. Se trata de una retroexcavadora de color amarillo de la marca Caterpillar modelo 320DL, que está registrada a nombre de la empresa Ingeniería Técnica Paraguaya (Ingetep SRL) y está valuada en unos G. 1.000 millones, según el informe.
“Fui objeto del robo de una máquina retroexcavadora que fue enviada al Chaco para los trabajos de ampliación y asfaltado de la ruta PY09 (Transchaco) hasta la frontera con Bolivia”, explicó Gill Ovelar.
Indicó que la maquinaria había sido llevada a Mariscal Estigarribia y allí quedó estacionada por una semana, dejando su cuidado a una persona de nombre Hugo Carballo.
“El lunes 31 de julio nos constituimos en el lugar de la obra y grande fue mi sorpresa al percatarme que ya no estaba allí”, expresó el abogado.
El seguimiento
A partir de lo sucedido, Gill Ovelar comenzó a indagar sobre la desaparición de la retroexcavadora y el seguimiento lo llevó hasta el destacamento militar N° 2 “Tte. Gabino Mendoza”, cerca de la frontera con Bolivia. Cuando preguntó al comandante de la unidad, el subteniente Diego Antúnez, sobre si la máquina fue llevada por ese lugar, el hombre manifestó que nada vio.
Posteriormente, pasó al lado boliviano donde los efectivos del puesto militar “27 de Noviembre” le dieron la misma respuesta.
Sin embargo, informó que la retroexcavadora contaba con un rastreo satelital, que llamativamente dejó de funcionar cuando fue pasado hacia Bolivia, lo que hace sospechar de una supuesta complicidad en el hurto tanto de militares bolivianos como paraguayos a cambio de dinero.
“Se trata de una gavilla que hace tiempo opera en Bolivia y que no es la primera vez que roban maquinarias en territorio paraguayo”, señaló Gill Ovelar.