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Uno de ellos es Waldemar Pereira Rivas, paraguayo, de 41 años, alias Cachorrão, oriundo de Pedro Juan Caballero, la capital del departamento de Amambay. Cachorrão se encuentra libre desde el 3 de noviembre de 2022, cuando fue absuelto por un Tribunal de Sentencia que lo juzgó por el homicidio del periodista brasileño Leo Veras.
El crimen se produjo el 12 de febrero de 2020 en Pedro Juan Caballero y supuestamente fue organizado por Cachorrão, aunque por orden de Ederson Salinas Benítez, alias Ryguasu, quien a su vez fue asesinado en Asunción el 25 de febrero pasado.
La absolución de Cachorrão fue revocada posteriormente por un Tribunal de Apelación, que ordenó un nuevo juicio, pero obviamente el sospechoso ya nunca más se presentó.
El pedrojuanino tiene también una orden de captura con fines de extradición, solicitada por Brasil, por otro caso de homicidio.
El 13 de mayo pasado, la Policía y la Fiscalía capturaron en Lambaré a tres miembros del PCC que pretendían matar a Cachorrão en venganza porque este aparentemente participó en la muerte de su antiguo socio Ryguasu.
Supuestamente, Cachorrão está “decretado” por el PCC, es decir, marcado para morir.
Neguiño, buscado por ataque a comisaría de Concepción
Otro de los más buscados por los policías de Crimen Organizado es Mario Marcio Oliveira Santos, brasileño, de 38 años, alias Neguiño, oriundo de Dourados, estado de Mato Grosso del Sur.
Neguiño migró a Paraguay inmediatamente después de ser rescatado por un grupo tipo comando el 22 de setiembre de 2016, cuando fue sacado de la Penitenciaría Federal de Campo Grande para ser atendido en un hospital de la misma ciudad del Brasil.
Cumplía una condena de 24 años y 6 meses por tráfico de drogas y lavado de dinero.
Ni bien se instaló en Paraguay, estableció alianzas con el narco más buscado de nuestro país, Felipe Escurra Rodríguez, alias Barón Escurra, quien controla sin oposición toda la zona de Capitán Bado.
Neguiño es señalado por la Policía Nacional del Paraguay como el responsable del ataque con fusiles a la comisaría 15 de Puentesiño, en el departamento de Concepción.
El evento se produjo el 1 de marzo de 2021 y derivó en la muerte del suboficial principal Ramón Ávalos Pereira, de 42 años.
Macho, dos veces fugado
El último miembro de la nueva nómina de los más buscados por el DCCO es Felipe Santiago Acosta Riveros, paraguayo, de 40 años, alias Macho, oriundo de Tavapy, departamento de Alto Paraná.
Últimamente instalado en la zona de Corpus Christi, departamento de Canindeyú, donde supuestamente paga a los indígenas de la zona para plantar marihuana y hacer aterrizar avionetas con cargas de cocaína.
Los tres policías de la Unidad de Investigación Sensible (SIU) que habían sido “apresados” por indígenas en febrero de este año justamente estaban marcando las coordenadas de las plantaciones de Macho.
Felipe Santiago Acosta Riveros fue capturado el 27 de abril de 2005 luego de que revelara dónde enterró el cuerpo de su patrón, el colono japonés Hiroyuki Arai, quien fue sepultado en su propio establecimiento de Tavapy.
Por ese crimen, Macho fue condenado a 25 años y recluido en la penitenciaría regional de Ciudad del Este, pero se fugó el 19 de mayo de 2011 cuando lo llevaron a un hospital.
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Fue recapturado el 10 de febrero de 2015 en Salto del Guairá y recluido en la penitenciaría regional de San Pedro de Ycuamandyyú, de donde volvió a escapar al ser favorecido con un permiso para recibir atención médica.
Macho debía volver a la prisión el 17 de marzo de 2016, pero ya no lo hizo.
Aguacate, el jefe de sicarios
La “selecta” lista de los nuevos más buscados en el “rubro” de crimen organizado fue dada a conocer este martes a través de la cuenta de Twitter @DCCO_Paraguay, que corresponde al citado departamento policial.
La nómina fue actualizada luego del acribillamiento del que era el sicario más buscado de la República, Marcio Ariel Sánchez Giménez, paraguayo, de 35 años, alias Aguacate, quien fue encontrado el viernes de mañana en una calle de Pedro Juan Caballero.
Los sospechosos de la muerte de Aguacate son su propio cuñado, Edison Ramón Vargas Armoa, de 38 años, alias Mechi, y Wilson Pérez Centurión, de 32 años, alias Gordo. Este último fue el que alquiló a su nombre el departamento donde vivía y donde fue ultimado Aguacate, en pleno centro de Pedro Juan Caballero.