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El error tampoco fue detectado en Judiciales de la Policía, que es el último filtro que deben sortear las personas que recuperan su libertad tras la compurgación de sus penas en cualquiera de la 18 instituciones carcelarias del país, según confirmaron.
La viceministra de Política Criminal, Leticia Sanabria, confirmó que la primera medida adoptada tras el conocimiento de lo ocurrido fue la destitución del jefe del Departamento Judiciales de Tacumbú, Héctor Franco Vitale. También fueron cesados otros ocho funcionarios de la mencionada dependencia.
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Fuentes penitenciarias confirmaron que en el 2015, el Juzgado de Ejecución remitió al penal de Tacumbú la sentencia de 20 años más 10 años de seguridad que le fue aplicado el violador serial Luis Héctor Morínigo Cantero, quien para entonces ya estaba cumpliendo otras dos condenas menos gravosas que ya le impusieron, también por hechos de abuso sexual. Sin embargo, este oficio no fue anexado a la ficha del interno, es por eso que cuando el 14 de abril pasado el hombre compurgó una de sus condenas anteriores, las autoridades penitenciarias lo pusieron en libertad sin más trámites.
Una vez que se desató el escándalo, las autoridades penitenciarias ubicaron el oficio recibido en el 2018 sobre la condena de 30 años del violador, el documento fue a parar en la oficina del Organismo Técnico Criminológico (OTC).
Sin embargo, por alguna razón el error tampoco fue detectado en Judiciales de Policía, pese a que el oficio en que figuraba la condena de 30 años aplicada en el 2015, fue remitido a la Comandancia de la Policía el 30 de diciembre de ese mismo año, según el sello de la mesa de entrada.
Ante esto, la jueza de Garantías Silvana Luraghi señaló que ya ordenaron nuevamente la captura del violador Luis Héctor Morínigo Cantero y al mismo tiempo solicitó un informe a la Policía de por qué no detectaron en el sistema que el reo debía estar tras las rejas hasta el 2040.
Por otras parte, las autoridades penitenciarias confirmaron que todo se trató de una terrible negligencia, ya que el recluso no tenía recursos económicos para sospechar otra cosa, dijeron.