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El Departamento Especializado de Búsqueda de Personas Desaparecidas fue creado en el año 2020 por la Policía Nacional. La dirección es responsabilidad de la comisaria principal Cristina Giménez. La unidad tiene su sede en un predio lindante a la comisaría 12, en Trinidad.
Entre el 1 de enero de 2022 y el 14 de febrero de 2023, la Policía Nacional recibió un total de 1.240 denuncias de desaparición de menores de edad. De esa cantidad, se ignora el destino de 483 jóvenes, de los cuales 379 son de sexo femenino con edades que van desde los 10 hasta 17 años.
De acuerdo a datos estadísticos de la Policía Nacional, de las 379 niñas un 20 por ciento se encontraría en situación de calle. Y se estima que un 10 por ciento tendría cierto nivel de contacto con sus padres.
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El grave problema es que la Policía Nacional no tiene ni idea, ni sospechas, ni indicios de un 30 por ciento de las mujeres cuya desaparición se ha denunciado.
¿Cómo estiman estos porcentajes? El Departamento de Búsqueda de Personas realiza controles aleatorios en procura de dar seguimiento a los casos que son denunciados en las diferentes comisarías del país.
La gran debilidad de ese departamento policial es la carencia de infraestructura, de logística y de acceso a tecnología. Basta con mencionar que la comandancia de la Policía Nacional, a cargo del comisario general Gilberto Fleitas Colmán, no entregó siquiera una patrullera al citado departamento de búsqueda. Ni hablar de equipamiento a nivel país.
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Gracias al empeño de sus integrantes, 40 oficiales y suboficiales, distribuidos en diferentes divisiones en todas las cabeceras departamentales, se puede disponer hoy día de datos estadísticos actualizados así como controles aleatorios del destino de los menores de edad.
En manos de la delincuencia
Un punto que llama la atención de los policías que integran el Departamento de Búsqueda de Personas es el alto número de mujeres que se involucran en pandillas criminales, sobre todo de “motochorros”.
Se fugan de sus hogares, se unen en pareja e inician una vida delictiva principalmente en ciudades ribereñas del Área Metropolitana. Viven a escondidas de la Policía, lo que extiende el período de condición de desaparecidas.
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Las barreras de control montadas por la Policía Nacional permiten detectar menores que figuran como desaparecidos, pero los mismos responsables de las comisarías los dejan en libertad, sin dar comunicación al Departamento de Búsqueda de Personas y menos aún al Ministerio Público. No quieren involucrarse en nada que se relacione con menores, por temor a problemas.
En cuanto a los varones, casi la totalidad de los denunciados como desaparecidos se encuentran en situación de calle, afectados por estupefacientes o integran grupos criminales, que luego fácilmente son reclutados por el narcotráfico.