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Los representantes del Ministerio Público Isaac Ferreira y Elva Cáceres ofrecieron como testigo a la exdirectora de la Unidad de Inteligencia Sensible (SIU) Antinarcóticos de la Policía. La comisario Laura Vega detalló que el caso “Swiffer” se inició con la incautación de 3.406 kilos de cocaína, en el Puerto de Amberes, Bélgica, el 25 de junio de 2020, durante el juicio a Cristian Turrini.
Vega relató que en julio inició la investigación y en octubre, entre el 19 y 21 estalló el caso con la incautación de 2.906 kilos de cocaína en el Puerto Seguro de Villeta Terport, que estaban mimetizados entre carbón vegetal, cargado en bolsas Big Bag y que debían llegar a Israel.
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Esa carga estaba en contenedores que fueron cargados en la firma “Carbo Sur SA”, de Alberto Ayala Jacquet, y que Turrini pretendía enviar a Bélgica a través de su empresa “Tres A SA”, con esto se ratificó la teoría de la Fiscalía según Ferreira.
Tras este operativo cayeron detenidos Turrini y Jacquet, solo que en instancia de juicio al carbonero quedó en suspenso por tiempo indefinido.
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El debate oral y público sobre Cristian Turrini, acusado por tenencia sin autorización y tráfico internacional de sustancias estupefacientes, fue fijado por el Tribunal de Sentencia, presidido por Víctor Alfieri e integrado por Alba González y Dina Marchuk, para el próximo viernes 3 de marzo a las 12:00.
Coordinación del esquema
El documento señala que tiene como antecedentes históricos la incautación por parte de la Policía Federal de Amberes (Bélgica), un total de 3.406 kilos de cocaína que estaba dentro de cinco contenedores con cargas de carbón vegetal dispuestas en bolsas de 20 kilos cada una, el 25 de junio del año 2020.
La empresa responsable del envío de dicha carga fue la firma Bascar SA y la embarcación de la misma se produjo el 28 de abril de 2020, desde el Puerto Fénix, Puertos y Estibajes SA. Es en consecuencia a todos estos hechos que en Paraguay, el Ministerio Público, la Policía Nacional y la Unidad de Inteligencia Sensible Antinarcóticos iniciaron una investigación desde el 8 de julio.
Con el avance de las investigaciones, mediante el cruce de llamadas, detectaron un número perteneciente a Cristian Turrini, quien era el coordinador de las actividades ilícitas. Mediante escuchas, autorizadas judicialmente, se obtuvo la ubicación de un depósito donde se había contaminado uno de los contenedores que se verificó en Bélgica.
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Luego, en el mes de setiembre, la Policía que en un inmueble utilizado por Turrini, se estarían cargando los contenedores a ser exportados utilizando el mismo método y la misma dinámica para el envío de los 3.406 kilos de cocaína incautados en Ambéres.
Siguiendo esas pistas entre el 21 y 22 de setiembre se montó vigilancia en las cercanías del depósito de Turrini, donde se pudieron visualizar los contenedores SUDU, cuya exportación habían sido tramitadas por Carbosur SA, propiedad de Alberto Antonio Ayala Jacquet, vía fluvial desde Terport.
Ya en octubre se pudo confirmar que la empresa “Tres A” de Ayala Jacquet expidió una factura para la exportación a favor de una firma de Israel. En la factura se consignaban 100.820 kilos de carbón vegetal, distribuidos en cinco contenedores, por lo que se solicitó la retención de los mismos para su registro, hallándose así entre el 19 y 20 de octubre del año pasado los 2.331 de cocaína entre las bolsas de carbón vegetal.
Así también, el 21 de octubre la Administración de Investigación Aduanera, solicitó la retención de otros cinco contenedores por su perfil de riesgo. Así fueron verificados y en su interior se hallaron otros 500 kilos de cocaína.
Organización para el envío
Teniendo en cuenta todos estos elementos, para la Fiscalía se pudo establecer que Cristian Turrini organizó en connivencia con Alberto Ayala el envío de un cargamento de cocaína simulada con carbón vegetal, que pretendía ser enviado a través de la empresa “Tres A”. En ese marco, Ayala fue quien oficializó los despachos de exportación de los contenedores en los que fueron encontrados 2.318 kilos de la droga distribuidos en 2.000 panes.
Toda esa coordinación logística y comercial hecha por Turrini y Ayala fue para dar fachada de licitud a la operación de remisión de la cocaína al extranjero.