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Ambos procedimientos se llevaron a cabo en conexión con la incautación de 420 kilos de cocaína boliviana, ocurrida el domingo último en una pista de aterrizaje clandestina, en medio de un arrozal, en las coordenadas 27° 07′ 59.2″ S, 56° 55′ 05.7″ W, que queda a 14 kilómetros en línea recta del distrito de Santiago, en el departamento de Misiones de Paraguay.
Dicha operación, denominada Aurora, fue ejecutada por la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) de nuestro país, cuyos agentes especiales capturaron justamente al piloto boliviano Sthephano Alavconi Quezada, así como a su colega y compatriota Raúl Álvaro Guzmán Cortez, quienes se encontraban al mando de la avioneta Cessna T 210 M turbo, con matrícula boliviana CP-2759, pero que en el momento del aterrizaje tenía una calcomanía con la matrícula falsa CP-X043.
La droga no iba a quedar en Paraguay
Los antidrogas detuvieron también en el lugar a los paraguayos Rodrigo Ramón Ramírez Ozuna, Mario Rubén Ozuna Benítez, Jorge Gustavo Ubeda Oviedo y Celso Celestino Lezcano Amarilla, quienes tenían la misión de reabastecer con combustible a la nave para que esta despegara de nuevo inmediatamente.
En principio, se pensó que la carga de cocaína debía ser descargada en la pista, pero en realidad la máquina tenía que llevar la droga a territorio argentino, según el GPS hallado.
Los cuatro paraguayos ahora ya imputados y encarcelados, aparentemente, ofrecían “solo” el servicio de reabastecimiento a los narcos bolivianos, ya que tenían preparados bidones con combustible y además iban a clavar en los costados de la pista estacas de madera que en las puntas tenían cintas reflectivas.
Estos elementos servirían para que la misma máquina volviera a bajar en el mismo punto esa misma noche, ya que los dos pilotos necesitarían recargar combustible para proseguir el viaje a su país, luego de dejar su carga ilegal en Argentina.