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En comunicación con ABC Cardinal, el comisario Nimio Cardozo, jefe del Departamento Antisecuestros de la Policía Nacional, brindó detalles sobre la investigación de un curioso hecho de secuestro que tuvo como víctima a un cambista de Ciudad del Este que se encuentra con paradero desconocido desde mediados de 2022.
Según dijo el comisario Cardozo, el hecho del secuestro de Vicente Centurión fue notificado a las autoridades antisecuestros del Ministerio Público el 3 de agosto del año pasado, cinco días después de que ocurrió, por el hijo de la víctima, José Carlos Centurión, quien dijo haber realizado un pago de US$ 57.000 -de US$ 800.000 inicialmente exigidos por los secuestradores-.
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A partir de ese momento, dijo el jefe policial, comenzó un trabajo técnico que eventualmente llevó a la identificación de los supuestos autores del hecho.
Actualmente están imputados por el secuestro Gustavo Osmar González, Sindulfo Abel Fernández Pavetti, Marcelo Isaías Bonet Aguayo, Julio César Duarte Servián, Luis Darío Candia Zelada y Christian Héctor Robledo, cuya prisión preventiva fue decretada esta semana por una jueza de Lambaré.
Tres de esas personas, explicó el comisario, ya están recluidas en la Penitenciaría Nacional de Tacumbú.
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La negociación entre los secuestradores y el hijo de la víctima, incluyendo la remisión de vídeos a modo de prueba de vida poco después del secuestro, en agosto, se produjo vía WhatsApp con números telefónicos de Bolivia, Brasil y Perú, pero el comisario señaló que los investigadores determinaron que los números de IP de los mismos estaban “enmascarados”, lo que dificulta su geolocalización precisa.
Más de cinco meses después del secuestro, Centurión continúa con paradero desconocido y -si bien la presunción oficial es que sigue con vida hasta que haya evidencia de lo contrario- el comisario Cardozo señaló que “si los autores que realizaron el hecho tienen vinculación al narcotráfico, no suele tener el mejor de los desenlaces”.
El comisario admitió además haber recibido información de que él y otro investigador “estaríamos amenazados por integrantes” de la estructura responsable del secuestro. Dijo que, aunque no lo toma como una “amenaza seria”, se están tomando los recaudos correspondientes.
La investigación tiene como base que se trataría de un ajuste de cuentas contra la víctima, porque supuestamente habría colaborado en la caída de un cargamento de cocaína.
La última prueba de vida por parte de los secuestradores fue enviada el 5 de agosto vía WhatsApp al hijo de Centurión, en la forma de un vídeo en que se ve al cambista con los ojos vendados, sentado en una cama. Los secuestradores afirmaban que tenían a Centurión en Bolivia.