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El ataque se produjo el lunes a las 18:00, cuando al menos dos francotiradores del EPP se posicionaron a 20 metros uno del otro y dispararon al menos 54 tiros con fusiles calibre 5.56 contra la parte trasera del puesto policial de la colonia Ypytã.
Dicha unidad queda en las coordenadas 22° 54′ 07.4″ S 56° 04′ 51.9″ W, a 500 metros del cauce del río Ypané, a 30 kilómetros de la Ruta PY05, a la altura del desvío a la colonia Lorito Picada, y a 17 kilómetros en línea recta de la comunidad indígena Jasuka Venda Karavie Guasu, en la falda del Cerro Guasu, donde el 23 de octubre pasado el Comando de Operaciones de Defensa Interna (CODI) eliminó a los terroristas Osvaldo Daniel Villalba Ayala (39), alias Alexander; Luciano Argüello (30), alias Luchí, y Edilson Gauto Alegre (17), alias Simón.
Los tres criminales del EPP cayeron abatidos inmediatamente después de ejecutar a los indígenas Alcides Darío Romero Gómez (48) y a Rodrigo Gómez González (25), en un ataque en el que salió herido el también nativo Leonardo Gómez Riquelme (42), quien por lo menos ya fue dado de alta, pero que aún no recuperó por completo la movilidad.
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Por ese hecho, está en prisión la pareja indígena conformada por Bernardo Armoa Riquelme (35) y Estanislaa Cabrera Insfrán (38), quienes supuestamente guiaron a los miembros del EPP para llegar al lugar e identificar a los que estaban marcados para morir.
Fuera de peligro
El doctor David Torales, del Hospital de Policía de Asunción, dijo a ABC que los tres efectivos del puesto policial de Ypytã que llegaron a Asunción están fuera de peligro.
Se trata del suboficial principal José Báez (42), suboficial mayor Isaías René Valenzuela (40) y suboficial inspector Augusto Adrián Ruiz Sanabria (35).
Todos sufrieron heridas de bala, pero que ya no revisten gravedad.
El único que salió ileso fue el suboficial inspector Guido Osmar Rodas Cantero (34).
Se defendieron
El director de Policía de Amambay, comisario general Rubén Paredes, relató que los terroristas dispararon desde un monte situado a unos 50 metros del patio trasero del puesto policial.
Uno de los suboficiales llegó a ver a los francotiradores del EPP cuando estos se posicionaban, lo que aceleró el inicio del ataque, pero a la vez permitió a los demás efectivos responder al fuego con sus pistolas.
Inmediatamente después de que se desató el tiroteo, los cuatro policías cruzaron la calle y se refugiaron detrás de la casa del único vecino que hay en la zona, donde se parapetaron en una zanja y luego huyeron a un monte.
En medio de la balacera, los uniformados llegaron a pedir auxilio a través de la frecuencia de radio de la Policía, que fue escuchado por sus camaradas quienes reaccionaron inmediatamente.
Los miembros del EPP, entonces, tampoco se animaron a avanzar hacia el puesto policial y desistieron de su plan.
Media hora después, cuando arribaron los primeros refuerzos policiales, los cuatro suboficiales atacados fueron rescatados de a uno, ya que empezaron a salir de la zanja y del monte al ver que sus camaradas prendían las sirenas de las patrulleras y los llamaban por sus nombres.
El director general de Investigación Criminal, comisario general Benicio Ramírez, y el subjefe de Antisecuestro, comisario Mario Vallejos, encabezaron junto a Rubén Paredes el equipo que trabajó hoy en la colonia Ypytã.
Un mes después
Este fue el primer intento de venganza del EPP por la muerte de su jefe Osvaldo Villalba, registrada un mes antes.
Históricamente, se trata del ataque número 151 del EPP, grupo que evidentemente perdió capacidad operativa con las últimas bajas que tuvo, ya que esta vez no se animaron a tomar el puesto policial, como habitualmente lo harían si estuviesen con cantidad suficiente de integrantes.
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En teoría, la banda armada EPP opera actualmente solo con nueve integrantes originales.