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Alrededor de las 03:00 del jueves último, los reclusos Hugo César Lazarte Argüello (31), conocido pistolero que opera a las órdenes del capomafioso Jorge Teófilo Samudio González, alias Samura, actualmente preso en el Brasil, y sus compañeros Julio César Martínez Ponce (30), Sergio Iván Fernández Roa (24) y Alexandro Enrique Báez Sánchez (24) salieron del pabellón Baldosería, donde estaban recluidos, se dirigieron hasta pabellón Admisión, para llegar a la zona de sanitarios, donde ganaron la calle que pasa frente al penal, para finalmente escapar.
Ante esta situación, la Comandancia de la Policía ordenó la apertura de un sumario a cargo de la Dirección de Asuntos Internos a 14 suboficiales, 10 de la Agrupación Especializada y cuatro de la FOPE, quienes distribuidos en dos grupos estaban designados para la cobertura de la parte frontal del penal desde la noche del miércoles y la madrugada del jueves.
El sumario a ambos grupos de agentes se dispuso, pues hasta el momento no se tiene certeza de que la fuga en realidad se haya materializado a la hora que informaron los agentes penitenciarios, ya que curiosamente las cámaras del Sistema 911 instaladas en la zona, donde se produjo el escape no funcionan, según informaron fuentes policiales,
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Autoridades penitenciarias confirmaron que el desplazamiento de los fugados desde el pabellón Baldosería hasta el sitio donde salieron a la calle, que serían de unos 70 metros, necesariamente debió ser observado por al menos siete guardias apostados en dicho sector, quienes también ya fueron apartados y sumariados.
Por ello se ordenó la intervención por 30 días del penal para intentar descubrir cómo sucedieron los hechos, que terminó en un nuevo escándalo que salpica al Ministerio de Justicia.
Sospechas sobre el sitio de fuga
Sin embargo, los investigadores de la Policía barajan una serie de dudas sobre el relato de los hechos presentados por los guardiacáceles. Los agentes del orden no creen que los reos hayan podido cortar en apenas una hora y sin hacer mucho ruido los barrotes de hierro que cubría la abertura por donde se dice que salieron. Es más, ese sector también está protegido por una especie de cortina de madera, que necesariamente debió ser cortada, pero desde afuera, lo que implica que necesariamente tuvieron mucha ayuda de los responsables de la seguridad del penal.
Uno de los suboficiales de la Agrupación Especializada investigado por el caso habría señalado a sus superiores que esa madrugada vieron a dos hombres deambulando por las inmediaciones del penal y luego alejarse el sitio, sin embargo, nunca se les ocurrió verificarlos.
Es más, una cámara del reclusorio habría captado el movimiento de dos hombres extraños en las cercanías donde se produjo la huida en aquella madrugada del jueves,indicaron los investigaadores. Todos estos datos forman parte del cúmulo de elementos que barajan los organismos de seguridad en el marco de esta investigación.
Una de las primeras medidas preventivas tomadas por las autoridades policiales tras el escapes es controlar minuciosamente el desplazamiento de personas y vehículos por las calles adyacentes a la cárcel de Tacumbú desde las 18:00 hasta el amanecer, informaron.