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Hoy debió realizarse la audiencia preliminar a Armando Javier Rotela Ayala (40 años) y otros ocho procesados en la Operación Chacal, ante la jueza penal de garantías especializada en Crimen Organizado, Lici Teresita Sánchez, pero se suspendió a pedido del fiscal Isaac Ferreira que debió asistir a un juicio, a la misma hora.
En tal sentido, la magistrada Lici Sánchez fijó para el próximo 7 de noviembre la nueva fecha para sustanciar la audiencia de la etapa intermedia del proceso penal, en la cual Sánchez deberá resolver si la causa sobre el clan Rotela se discute o no en un juicio oral.
Los procesados Armando Javier Rotela (40); Vicente Ignacio Chase Lauseker (38), alias Peko o Petiso, su pareja Carmen Carolina Ortíz Figueredo (30); Christian Mario Martínez Medina (28); Juan Javier Rodas Román (38), alias Picholi, su pareja Juana Isabel Cabrera González (34), alias Chila; Fredy Magdaleno Pérez Montiel (30); Carlos Damián Fernández González (30), alias Tingui; y Ronald Herminio Cantero Ibáñez (32).
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Los nueve fueron acusados por los hechos punibles de posesión y comercialización de drogas peligrosas, asociación criminal, producción de riesgos comunes y violación de la Ley de Armas, en el marco de la Operación Chacal, en la que se indagó y constató que Rotela seguía operando en el rubro del microtráfico aún estando recluido y con ayuda de guardiacárceles.
Rotela, activo y con apoyo de guardiacárceles
La denominada Operación Chacal, inició en enero de 2021, con interceptaciones de comunicaciones telefónicas, previamente autorizadas vía judicial. Los procedimientos fueron realizados por inteligencia del Departamento Antinarcóticos de la Policía, mediante el cual se obtuvo información relevante sobre las funciones y miembros del grupo criminal.
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Así se supo que Armando Javier Rotela, es el principal elemento de la logística del grupo, pues es el líder. Se tiene la información que “seguiría operando de forma continua en el tráfico y comercialización de sustancias tanto dentro como fuera del penal”.
Así también pudieron obtener datos sobre que él “tendría la colaboración de guardiacárceles o agentes penitenciarios, quienes facilitarían la introducción de sustancias, entregadas por terceros en lugares coordinados anteriormente”, además también los custodios colaborarían con la introducción de armas de fuego y sus municiones a cambio de beneficios.
Incluso, los guardiacárceles habrían recibido órdenes de Rotela para no registrar en los libros los datos de ciertas visitas que recibían él y los demás miembros de la estructura.