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Familiares de Osvaldo Villalba, líder del EPP, abatido el domingo pasado en Amambay tras un enfrentamiento con el Comando de Operaciones de Defensa Interna (CODI), quisieron meter el ataúd del criminal a la penitenciaría de mujeres El Buen Pastor para que su hermana Carmen Villalba tuviera unos minutos para despedirlo. Y lograron su objetivo, para indignación generalizada de la ciudadanía.
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En un primer momento, la caravana se detuvo frente a la penitenciaría esperando una respuesta positiva por parte de las autoridades y recibieron una respuesta negativa.
Por eso, el ataúd fue transportado hasta el Cementerio de la Recoleta y depositado en un panteón que pertenecería a una familia de apellido Saba Toledo, perteneciente a familiares de Daisy Irala Toledo, abogada de los Villalba. Allí estuvo apenas unos minutos, cuando el cortejo fúnebre lo volvió a retirar para llevarlo a la cárcel vecina.
En esta segunda arremetida los deudos de Villalba lograron su objetivo. A través de una puerta entreabierta se podía ver a Carmen Villalba, vestida con una calza de colores y una camisilla, mientras esperaba la llegada del féretro. Según los testigos, estaba a apenas unos metros de la puerta de salida, sobre la calle Choferes del Chaco.
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Una vez que el ataúd fue ingresado a la sala donde lo esperaba Carmen Villalba, la puerta se cerró. La despedida fue breve, duró cinco minutos antes de que se volviera a retirar del lugar. Pero sirvió para que Carmen se despidiera de su hermano Osvaldo, la misma oportunidad que el EPP le niega a muchas de sus víctimas, cuyos familiares deben resignarse a no poder despedir a sus seres queridos, ya que ni siquiera por humanidad reciben la confirmación de que fallecieron o no.
Villalba está recluida en el Buen Pastor con una condena que compurgará recién en el año 2035, por un atentado contra policías ocurrido en el año 2004. En julio de 2021 compurgó su sentencia de 18 años por el secuestro de María Edith Bordón de Debernardi. También tuvo otra condena de siete años de prisión por una toma de rehén en el Buen Pastor, que data del 2007 y ya fue compurgada.
El ministro dijo que no, pero igual llevaron el ataúd
Antes de saber que su negativa sería burlada, en su primer día en el cargo, el ministro de Justicia, Édgar Taboada, explicó por qué no aceptaba el pedido.
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“Nuestra postura fue categórica. Un no, porque nos llegó de sorpresa. En el Buen Pastor, por tema de seguridad, no podemos permitir esto. Si nos avisaban con tiempo, podríamos haberlo evaluado. Sin embargo, ellos llegaron de forma imprevista, y de hecho que ya lo llevaron a la Recoleta (cementerio ubicado a metros de la cárcel)”, manifestó Taboada.
Pero poco después de que hiciera estas declaraciones, el féretro era extraído del nicho y llevado hasta la cárcel, donde fue ingresado.
“No se hacen así las cosas”
En cuanto a cómo se procede en caso de que fallezca algún familiar de una persona privada de libertad, el ministro explicó: “El juez tiene que autorizar para que en el caso de Carmen Villalba, para que ella pueda salir, pero no de esta forma, no se hacen así las cosas. El juzgado tiene que autorizar, se puede tomar una decisión administrativa, por un tema humanitario, pero no de esta forma, sino previa nota para poder organizar lo que tiene que ver con la seguridad”.
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Consultado acerca de si hubo algún tipo de inconvenientes en ese momento, señaló: “Hubo un poco de nervios por parte de la abogada de Carmen Villalba, pero en ningún momento se comunicaron conmigo”.