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Christians Eduardo Schaerer Gómez tenía 21 años cuando fue secuestrado en su ciudad natal, Corrientes, Argentina, a 350 kilómetros de Asunción.
Ya pasaron 19 años desde aquella noche en la que se lo llevaron, el 21 de setiembre de 2003.
La familia pagó 277.400 dólares de rescate. El dinero fue entregado por la madre de Christians, Pompeya Gómez, el 5 de noviembre de 2003 en la zona del Lago de la República de Ciudad del Este.
Los cabecillas del secuestro fueron los argentinos José Rodolfo Lohrmann, alias El Ruso, y José Horacio Maidana, alias Potrillo, quienes están presos en Portugal desde 2017, aunque por el caso Schaerer hay varios otros condenados en Argentina, como Gonzalo Adrián Acosta, alias El Paragüita; Claudio Sebastián Cornelli Belén, alias Jaimito, y Ángel Barbieri, alias El Abogado.
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Segundo rescate y testigo clave
La banda que secuestró a Christians en Argentina nunca cumplió con su promesa de liberarlo.
Por el contrario, entregaron a su rehén a un grupo de marihuaneros paraguayos quienes a su vez en una segunda etapa del plagio mantuvieron escondido al joven por varios meses en distintos puntos del departamento de Itapúa, principalmente a orillas del río Paraná, con intenciones de cobrar otro rescate.
Los lugares donde supuestamente estuvo Christians en Paraguay, quiénes lo mantuvieron escondido y cuándo aparentemente lo asesinaron habían sido revelados en 2006 por la considerada testigo clave del caso, Mariela Ramona Rojas Vargas, quien en ese entonces tenía 21 años.
La citada mujer se animó a hablar luego de que su padre y su madre fueran asesinados en el municipio de Edelira por su concubino, Ricardo Ariel Delvalle Arriola, en ese momento de 26 años.
Entre otras cosas y en una declaración oficial, Mariela dijo que su concubino fue uno de los que mantuvieron secuestrado en Paraguay a Christians Schaerer hasta que lo mataron, ya que no pudieron cobrar el dinero que pretendían.
La mujer también acusó como responsables a varios otros parientes de su concubino y en su declaración añadió que “dicha familia se dedicaba, entre otras cosas, a pasar cigarrillos, marihuana y cocaína hacia Argentina, y que a la vez que traían vehículos, armas, computadoras y teléfonos hacia el Paraguay”.
Poco tiempo después de brindar su testimonio, Mariela desapareció con su pequeño hijo que tuvo durante su relación con Delvalle.
Detención y confesión
Justamente, Ricardo Ariel Delvalle Arriola, ahora de 42 años de edad, fue arrestado el viernes de noche en Edelira por policías de Investigaciones de Itapúa, 16 años después de que supuestamente ultimara a sus suegros y 19 años después de que supuestamente participara en la segunda etapa del secuestro de Christians Schaerer.
Al menos durante este fin de semana, el presunto secuestrador seguirá recluido en Encarnación, a la espera de que lo procesen inicialmente por el doble homicidio y después hasta que asignen un nuevo fiscal para el caso Christians Schaerer.
Al respecto, el empresario argentino Juan Pedro Schaerer declaró ayer a ABC que mantiene las esperanzas de que después de tanto tiempo Delvalle confiese y cuente qué pasó de su hijo Christians Schaerer.
El padre de la víctima vive en nuestro país incluso desde antes que secuestraran a su hijo.
De hecho, tres meses antes de que se llevaran a Christians, la misma banda había intentado secuestrar a su padre, Juan Pedro Schaerer, a quien emboscaron cerca de su casa de Lambaré, pero este eludió el ataque, aunque salió herido en el hecho.
Una versión sobre el destino de Christians Schaerer sugiere que le metieron un tiro en la cabeza y que después lo arrojaron al arroyo Pirayu’i, que desemboca en el río Paraná.
El empresario Schaerer mencionó que esta versión es la que justamente Delvalle ahora podría confirmar o descartar.
Vaciaron un río
La última búsqueda importante del cuerpo de Christians Schaerer se hizo en diciembre de 2019, cuando literalmente fue vaciada una parte de un río en la frontera entre Argentina y Brasil, específicamente entre Paso de los Libres y Uruguayana, en las coordenadas 29° 42′ 50″ S, 57° 03′ 04″ W.
Sin embargo, los restos del joven no fueron localizados, aunque de hecho las esperanzas de que se conservaran en el agua eran casi remotas.