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Tras una convocatoria frustrada, se inició el juicio oral y público a Lino Gustavo Amarilla Martínez, conocido como “Lino’i”, y a Norberto Oscar Solís Duarte, alias Kurepa, por el crimen de la niña indígena Francisca Araújo Cáceres, de 12 años, ocurrido en febrero del 2020, en inmediaciones de la Terminal de Ómnibus de Asunción. El caso causó un gran impacto en la sociedad, porque una parte de su cuerpo apareció en una mochila, y otra en una bolsa de basura.
El juzgamiento está a cargo del Tribunal de Sentencia presidido por Héctor Fabián Escobar e integrado por Wilfrido Peralta y Carlos Hermosilla, que ayer escucharon a los primeros testigos.
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Tras la presentación de los alegatos iniciales por parte de la fiscala Rosa Noguera y los defensores públicos, declararon el Dr. Joel Bernal, médico forense, quien realizó el levantamiento del cadáver; la Dra. María Luisa Cabañas, patóloga forense, quien hizo la autopsia, y la odontóloga forense Diana Orué, todos del Ministerio Público.
La Dra. Cabañas explicó los tipos de asfixia posibles y precisó que la niña presentaba un golpe en la cabeza que le habría causado un desmayo. Posteriormente, le ataron un brazo y una pierna en posición fetal y si bien hasta tenía un piolín alrededor del cuello, esto no le causó la muerte, sino que la pequeña falleció porque al estar inmovilizada en posición fetal, esto le obstaculizó su respiración, lo cual provocó su muerte en forma lenta.
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Asimismo, la profesional indicó que por las características del cuerpo, al momento del hallazgo tenía por lo menos 72 horas de fallecida. Recordemos que la cabeza de la víctima estaba dentro de una mochila y el resto del cuerpo, en una bolsa de basura.
Niña se escapó de su comunidad para buscar a su madre
Posteriormente, hicieron lo propio las licenciadas María Lourdes Andrada y Nidia Ríos, psicóloga y trabajadora social del Centro de Atención a Víctimas del Ministerio Público.
En su declaración testifical, la trabajadora social reveló que habló con familiares de la niña, oportunidad en que fue informada que la madre le había abandonado y que les había llegado información de que se le había visto en Asunción.
Esta fue la razón por la cual Francisca y su hermana abandonaron a escondidas la comunidad ubicada en Curuguaty en setiembre del 2019, para viajar a la capital del país, motivadas por el deseo de reencontrarse con su madre.
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Al parecer, el anhelado encuentro no se dio y así fue que ambas niñas quedaron en situación de calle, en las inmediaciones de la Terminal de Ómnibus. Precisamente la testigo Nilda Orrego, vecina de la zona, comentó que Francisca acudía constantemente a su casa para comprar helado y caramelos, al igual que otros niños.
Nilda, quien encontró el cuerpo por los fuertes olores que despedía, aclaró que no escuchó gritos ni acción alguna que llamara la atención en los días previos al macabro hallazgo.
El colegiado también escuchó los testimonios del suboficial Alberto Garcete, asignado a la Comisaría 15ª (interviniente), quien relató los procedimientos de rigor realizados ante este tipo de casos.
Testigo vio a la víctima con uno de los acusados
El último en declarar fue José Álvarez, quien dijo haber visto al acusado Amarilla invitar cola de zapatero a la víctima y a otros niños e ir hacia el baldío donde posteriormente fue encontrado el cuerpo de la niña. Álvarez, quien actualmente está recluido por robo, dijo que conocía de vista a Amarilla, pero no eran amigos.
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El hallazgo del cuerpo sin vida de la niña indígena se produjo el 24 de febrero del 2020, en un baldío ubicado en las cercanías de la Terminal de Ómnibus de Asunción. Los restos embolsados estaban cubiertos por hojas y basura.
La víctima Francisca Araújo Cáceres fue reconocida por su abuela, quien contó que hace unos cuatro años la niña llegó de Curuguaty a Asunción y pertenecía a la etnia mbya.
La acusación presentada por la fiscala Rosa Noguera es por feminicidio. El juicio continúa mañana a las 09:00, con la declaración de otros testigos.