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En comunicación con ABC Cardinal este jueves, el comisario Gustavo Ruiz Díaz, jefe del Grupo Lince de la Policía Nacional, habló de la incorporación de pistolas eléctricas al arsenal de los uniformados.
Ayer, la Policía Nacional hizo la presentación de las pistolas de la marca Taser, de las cuales 20 fueron adquiridas para el Grupo Lince para ser utilizadas por primera vez por fuerzas de seguridad pública en Paraguay.
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El comisario Ruiz Díaz explicó que el número reducido de aturdidoras adquiridas obedece a que la intención de las autoridades es entrenar a los uniformados en su uso antes de adquirir más armas de ese tipo.
“Me dieron la recomendación de que entrenemos bien al personal para que le den un buen uso”, señaló.
El jefe del Grupo Lince indicó que el uso de las pistolas Taser se ceñirá a un protocolo que establece que esas armas serán desplegadas solo en casos en que los uniformados se enfrenten a personas hostiles o armadas que puedan suponer un riesgo a la vida de los intervinientes.
“Nos encontramos siempre con conflictos, personas que tienen armas que no son de fuego, dopadas o en estado etílico que no quieren cooperar, tuvimos procedimientos en que hubo que dispararles en la pierna”, ejemplificó el comisario.
Señaló que el arma “no genera dolor, solo unas contracciones musculares” que paralizan por un instante al blanco, permitiendo que los uniformados puedan reducir al sospechoso de forma segura.
Y agregó que el uso de la pistola eléctrica queda registrado en la memoria interna del dispositivo, lo que permitirá controlar su uso correcto y justificado.
No carece de riesgos
Si bien las pistolas eléctricas Taser son consideradas armas “menos letales” - que funcionan disparando pequeños dardos metálicos conectados a cables eléctricos que administran una descarga paralizante al hacer contacto con la piel -, su uso no es totalmente carente de riesgo, ya que la exposición a la descarga eléctrica puede causar arritmia o paros cardíacos.
Un reporte de la agencia Reuters publicado en 2019 afirma que entre el año 2000 y el momento de su publicación, más de 1.000 personas murieron en los Estados Unidos al ser atacadas con pistolas Taser por la Policía.