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El Tribunal de Sentencia de la circunscripción judicial de San Pedro, presidido por el juez Guido César Marecos e integrado por los jueces Agapito Núñez González y Karina Elizabeth Von Tumpling de Sosa, dictaron condena a los 24 supuestos miembros del PCC acusados de masacrar a otros 10 internos, integrantes del Clan Rotela.
El Colegiado impuso una pena de 30 años de pena privativa de libertad, más otros 10 años como medida de seguridad para Fredy González Delvalle, Óscar Diosnel Villalba Bobadilla, Roger Darío Delgado Molina, David Andi Izquierdo Ibacache, Víctor Manuel Roa, Junior Rolando Báez Garcete y Cristóbal Gamarra Martínez, por homicidios dolosos agravados y motín de internos, en grado de coautoría.
También recayó esa pena sobre Lorenzo Benítez Sosa, Jorge David Centurión, Vagner Alexandre Knorst y Leonardo Alfonzo López Carballo, por tentativa de homicidio doloso agravado y motín de internos en grado de coautoría.
De esta forma, identificados como autores del asesinato de 10 privados de libertad en la penitenciaría de San Pedro, recibieron la pena máxima establecida en nuestro sistema penal.
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En tanto que, los cómplices de los crímenes (homicidios dolosos agravados) y coautores en cuanto al motín de internos, deberán pasar 20 años en la cárcel más otros 5 años que se les impuso como medida de seguridad. Se trata de Edison Silva Da Cruz, Odair Mateus Cardozo, Ronaldo César Dos Santos, Celso Luis Alvarenga, Christian Mareco y Armando Cáceres Cañete.
Mientras que por el hecho de motín de internos, el Tribunal condenó a cinco años de pena privativa de libertad a Hugo Vera Benítez, Andrés Rafael Escurra Mancuello, Hugo Ramón Pizzurno, Nicolás Salvador Muñoz Ramírez y Arturo Emanuel Ávalos López.
Para este último grupo se había solicitado una pena de 7 años y 3 de seguridad, sin embargo el fiscal Alejandro Cardozo explicó que la intensidad en la participación de estos procesados no fue acreditada, por lo que el grado de reprochabilidad se redujo.
Imágenes inéditas de la masacre ocurrida en San Pedro
Durante el juicio que inició el pasado 4 de mayo, los fiscales Alicia Sapriza, Alejandro Cardozo y Giovanni Grisetti, reprodujeron en la etapa de pruebas imágenes y videos inéditos, extraídos con autorización judicial de 20 celulares incautados, tanto del poder de los ahora condenados como de sus allegados.
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Esas las filmaciones, a las que accedió ABC, fueron realizadas por los condenados, quienes se identifican en las mismas como integrantes del Primer Comando da Capital (PCC) y que la masacre fue en venganza por el asesinato de Wilson Antonio Diana, alias Sanguinario, recién ingresado a sus filas. Diana murió el 13 de mayo de 2019 a manos del Clan Rotela, en Tacumbú. Ante esto, el entonces director de la cárcel de San Pedro, Wildo Quintana, pidió el urgente traslado a otros recintos de 7 presos del PCC y otros 7 de Rotela.
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En las imágenes se puede observar como los miembros del PCC fueron sacando colchones de unas celdas y luego los arrojaron a otra, para avivar el fuego, donde estaban algunos internos que a gritos pedían auxilio. En ese ínterin se puede escuchar que los atacantes dicen: “acá no hay Rotela. Acá manda el PCC en San Pedro, ¿entienden?” y seguidamente, como grito de guerra “El PCC. El PCC”.
Mientras las flamas escapan entre las rejas cerradas, se escucha que quien tenía el teléfono e iba filmando señaló: “Ahí está gritando el que mató a nuestro hermano Diana. Está gritando como una niña. El que mató a Sanguinario, nuestro hermano Diana. Ahí está llorando. El PCC es el que manda. Miren cómo están muriendo los tipos, todos quemados, ¡sinvergüenzas!”.
En otro momento también se puede escuchar que los del PCC gritan “aquí están los tipos que mataron a Sanguinario nuestro hermano, cobardemente. Ahora están muriendo también”, para después agregar “acá manda el Comando da Capital”.
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Las imágenes se tornaban cada vez más crudas, pues el reo que iba filmando recorría las celdas atacadas y cuando llegó a una de ellas dijo: “Acá vamos a mostrar a los tipos que se creían mucho con el Clan Rotela, como están quemados aquí. Miren cómo murieron esos plagas”, mientras los cuerpos de tres privados de libertad seguían ardiendo.
Después de esa escena de terror, el sujeto fue hasta otra celda donde estaba un cuerpo tendido, en medio de un charco de sangre como consecuencia de la decapitación a al que fue sometido.
Víctimas que dejó el sangriento hecho
Durante el juicio se logró probar que los internos del PCC, además de emplear armas blancas que fabricaron con los elementos que tenían a mano en la penitenciaría, utilizaron armas de fuego. Precisamente, Bruno Damián Cuttier Moreira, alias Lágrima, perdió la vida durante aquella jornada como consecuencia de las heridas de proyectiles de arma de fuego que sufrió.
Por parte de José Buenaventura Ozorio, se tiene el dato de que sufrió diversas heridas provocadas con arma blanca. Este fue rescatado con vida aún y luego trasladado, desde San Pedro a Asunción, al Hospital de Trauma, donde se constató su fallecimiento.
Otras siete víctimas fueron objeto de brutales ataques por parte de los miembros del PCC, como Marcial Paredes Espínola, alias Nechi, Denis Iván Paredes Espínola, alias Rubio, quien fue decapitado y Junior Ramón Díaz Paredes, quien fue degollado. Sin embargo, estos también fueron encontrados calcinados. Igualmente fueron decapitados los internos Nelson Damián Pereira, Lucas Julián Ayala Rojas, alias Peca, Carlos Patricio Segovia Giménez, alias Paty, Sergio Cabrera Sánchez y Hugo Javier Díaz Barreto.
La sangrienta jornada también arrojó un total de 12 lesionados, entre ellos, Hernán Maldonado, Cristhian Abel Domínguez González, Blas Alberto Duarte, Víctor Olmedo Rolón, Derlis Sánchez, Mario Alfonzo Lugo, alias Largo Lugo, David Villalba, Pedro Duarte, Derlis Silva Gavilán, Ignacio Escobar Duarte, Roberto Morales y, Ariel López Benítez. Todos fueron llevados al Hospital Regional de San Pedro de Ycuamandyjú.
Acusados y defensores
La abogada Rossana Díaz Vera, defendió a los acusados Freddy González Delvalle, Odair Matheus Cardozo, alias Alemán, Lorenzo Benítez Sosa, alias Tipi, y Vagner Alexander Knorst, alias Bigote Pucú; el abogado Omar González, por su parte asistió en la defensa de Andrés Rafael Escurra Mancuello, alias Olimpero, Armando Cáceres Cañete, Hugo Ramón Pizzurno y Cristóbal Gamarra Martínez, alias Gamarra’i.
De la misma forma la abogada Zunilda Benítez defendió en juicio a Edson Silva Da Cruz, alias Bebé; el abogado Salustiano Ortiz, fue defensor de Arturo Emanuel Ávalos López, alias Bola; y el abogado Filemón Meza, actuó en representación de David Andy Izquierdo Ibacache, alias Chile.
También tuvieron intervención como defensa técnica, el defensor público Julio Chávez, para Celso Luis Alvarenga, Ronaldo César Dos Santos, Víctor Manuel Roa, alias Tito, y Nicolás Salvador Muñóz; el defensor público Cristian Peralta que defendió a Oscar Diosnel Villar, alias Bencho, Blas Antonio Villalba, alias Blas’i, Leonardo López Carballo, Cristhian Mareco y Hugo Vera Benítez; así como el defensor público José Escandriolo, que defendió a Jorge David Centurión, Eligio Gaona, alias Patito, Junior Rolando Báez, y Roger Darío Delgado, alias Roger.
Defensa denuncia “violación de DDHH” y anuncia apelación
La defensa dijo no estar conforme condena y anunció que presentarán una apelación a la condena, además de afirmar que irán hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos si hace falta. Por otra parte, cuestionaron la falta de confirmación de los fiscales, además de que el tribunal hasta la fecha no tiene firme su competencia, según manifestó la abogada Rosana Díaz, defensora de los condenados.
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Criticó que un solo defensor público represente a 28 procesados, la falta de defensa técnica, que se escondió pruebas a la defensa, la extracción de datos sin notificar y que los testigos que manifestaron públicamente ser enemigos de los hoy condenados. Además criticó que muchos de estos testigos admitieron ser parte del motín, sin embargo no fueron procesados.
Dijo que se les condenó a los procesados por ser del PCC, debido a que no se buscó a los responsables del hecho. Lamentó que hayan al menos 10 personas que fueron condenadas de manera injusta. Afirmó que hay personas que fueron condenadas siendo inocentes, agregando además que supuestamente por ser del PCC, se violaron todos sus derechos.
Citó por ejemplo el caso de Blas Villalba, en el que se probó que no estaba en el lugar del hecho, que estaba en un lugar denominado “rancho”, sin embargo fue condenado a 5 años. Explicó que los condenados a 5 años fueron supuestamente participes del motín, sin embargo, a criterio de la abogada, se demostró con imágenes y testigos que varios de los condenados no estaban en el lugar, y citó el caso de Andi Izquierdo, que tiene dificultades para caminar, pero fue condenado a 40 años.
Incidentes, antes y durante el juicio
El inicio del juicio oral y público se vio dilatado en varias ocasiones debido a que los abogados de las defensas recusaron al Tribunal de Sentencia. Ya tras el inicio del juicio, el 4 de mayo pasado, los defensores recusaron a los fiscales Alejandro Cardozo Pereira, Alicia Sapriza y Fanny Aguilera.
Por ello, gran parte del juicio lo llevó adelante el fiscal Giovanni Grisetti, quien pasó a integrar el equipo fiscal luego de que fueran confirmados nuevamente los fiscales Cardozo y Sapriza.
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La defensa también había recusado el presidente del Tribunal de Sentencia, Guido César Marecos, porque consideró que se extralimitó en sus funciones al interrogar a un testigo. Pero este incidente fue resulto y no significó la suspensión del juicio oral y público.
Más adelante, los convictos plantearon recusaciones y apelaciones bajo el patrocinio de abogados que en ningún momento tuvieron intervención previa en el juzgamiento. Por este hecho fueron declarados litigantes de mala fe y sancionados con días multa cinco abogados y tres de los procesados.
Durante la lectura de la sentencia, uno de los incidentes fue la queja por parte de los brasileños debido a que supuestamente no entendían la lectura que se estaba realizando en español.
Vagner Alexandre Knorst fue el procesado que inició con esta queja, refiriendo que no entendía lo que se le estaba leyendo tanto a él como al resto de los condenados por la masacre que tuvo lugar en la penitenciaría de San Pedro en 2019.