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El presidente de la República, Horacio Cartes, nombró como nuevo ministro del Interior a su queridísimo correlí Tadeo Rojas. El mismo asumió el cargo esta semana en reemplazo del liberal Francisco de Vargas, quien fue destituido por exigencia expresa de la convención colorada.
Tal vez, Cartes tenga sus razones fundadas para la desvinculación de Francisco de Vargas del cargo de ministro; sin embargo, el liberal se llegó a enterar de su destitución escuchando en vivo por la radio la convención de los colorados. Sabemos así que la causa principal de la decisión del Presidente fue la presión de sus “correlíes” para coloradizar el país.
Para la elección del nuevo ministro, nuestro Presidente tuvo en cuenta la amistad y el paño rojo del diputado y, así, Tadeo Rojas aceptó sin dudar el nuevo cargo que se le ofrecía. Los ciudadanos andamos desconcertados por el motivo de su favoritismo hacia un color partidario y la falta de interés por la seguridad de las personas. De todas maneras, no perdemos las esperanzas de crear un país con menos corrupción y delincuencia. Señor Tadeo: póngase nomás las pilas para cumplir con la sociedad.
Los jóvenes soñamos con un país donde no exista la obligación de pertenercer a un partido político para ejercer cargos públicos, que los gobernantes y líderes sean elegidos porque realmente se merecen y no por el color de paño que llevan en el cuello. Deseamos que los mandatarios piensen primeramente en la seguridad, la salud y la educación de la ciudadanía antes que llenar de planilleros los puestos públicos o guiarse solo por su propio beneficio.
A veces, se nos pasa por la cabeza que afiliarse a un partido ayuda a conseguir mejor trabajo, sueldo, oportunidades de estudio, hasta mejor calidad de vida. Estamos cansados de vivir en un país donde el favoritismo supera la capacidad y trayectoria de vida de los candidatos. Ahora sabemos bien que debemos luchar para que haya igualdad, seguridad y patriotismo en todos los corazones paraguayos.
Señor Tadeo: todo el pueblo pide que, a pesar de su falta de méritos para el cargo de ministro del Interior, piense primero en la seguridad de las personas trabajadoras y humildes. No deje que se tiñan las calles de miedo y de sangre por el simple hecho de no querer entregar un teléfono celular. Incentive la paz y dé señales de tranquilidad a la ciudadanía.
Por José Peralta (18 años)