Un buen líder no manda en su equipo, sino que lo motiva y acompaña

“¡Yo mando acá y se hace lo que yo digo!”, es el típico pensamiento de un jefe que confunde la palabra liderazgo con autoritarismo. Muchos quieren ser cabecillas solo para ordenar y olvidan el verdadero trabajo: el acompañamiento a su equipo.

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“El liderazgo es el arte de conseguir que alguien haga algo que tú quieres porque él quiere hacerlo”, expresaba Dwight D. Eisenhower, expresidente de los Estados Unidos. El político deja un claro mensaje: un buen líder debe ser inspiración para los miembros de su equipo, para que así, ellos trabajen con entusiasmo y logren llegar a la meta deseada.

A todos, en algún momento, nos tocó convivir con una persona que solo quiere ser líder del equipo por el reconocimiento que el cargo conlleva. Y, en vez de acompañar y motivar a los integrantes de su grupo, simplemente dicta órdenes, dejando de lado lo que verdaderamente implica ser un cabecilla.

“Fulana, hacé un poco esto” o “Mengana, yo estoy a cargo del grupo y se decide lo que yo quiero”, son las frases que utiliza un mal líder con sus compañeros. Entonces, con estos tipos de comentarios, ¿quién va a querer trabajar para llegar a la tan deseada meta? La clave para ser un buen dirigente está en utilizar expresiones de motivación y explotar la creatividad de tus subalternos.

¿Qué tal si hay más líderes como el empresario norteamericano Dan Price? Él es considerado el mejor jefe del mundo porque tuvo un gran gesto con sus empleados: el año pasado recortó su propio salario para darles a los trabajadores. Estos, felices con la acción de su dirigente, ahorraron por seis meses y le regalaron un Tesla Model S, el auto de sus sueños. Definitivamente, esta historia nos demuestra que si tu objetivo es verdaderamente el bienestar de tus subalternos, ellos, algún día, te retribuirán el buen trato recibido.

Los líderes son indispensables en todos los ámbitos; desde el deporte hasta en el trabajo. Sin estas personas, un equipo de fútbol no podrá obtener el título de campeón o una empresa nunca saldrá adelante.

Entonces, si querés liderar un grupo, tené en cuenta siempre estas palabras: valorá a tus compañeros de trabajo y escuchá sus opiniones. Además, si sos un buen cabecilla, quizás tendrás la misma suerte de Dan. Y, cuando todos lleguen a la meta deseada, nunca te olvides de decir: “¡Lo hicimos juntos!”.

Por Dahiana Galeano (19 años)

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