Tus gestos hablan por sí solos, ¿querés saber cómo?

Tocarte mucho la nariz, jugar con algún objeto en las manos o moverte cada rato de la silla, delatan tu nivel de nerviosismo. Así también, se puede saber si estás relajado, concentrado o decís mentiras con el simple método de observar tus movimientos.

/pf/resources/images/abc-placeholder.png?d=2074

Cargando...

Cuando tu boca calla, tu cuerpo comienza a expresar lo que pensás o sentís. Los gestos que producís con las manos y brazos delatan tus sentimientos inconscientemente. Podés ser el chico más tímido del mundo pero, con solamente tocarte el cuello, se predice si estás mintiendo o andás en una difícil situación.

Es muy fácil pillar cuando una persona está siendo honesta y franca. Solamente tenés que fijarte en el movimiento de los brazos. En una conversación, una persona que quiere demostrar que es inocente, te muestra la palma de sus manos. Los jugadores de fútbol u otro deporte lo hacen cuando quieren decir al árbitro que no cometieron ninguna falta.

Los gestos también delatan el nivel de nerviosismo que tenés ante una situación. Tocarte mucho el pelo, moverte de una silla, jugar constantemente con las manos son los movimientos habituales de una persona nerviosa. Por más que niegues tu preocupación, tus brazos, casi siempre, demuestran lo contrario.

Según la BBC News, el aprendizaje resulta más rápido, si las lecciones incluyen el cuerpo y la mente, gesticulando con los brazos o caminando por algún lugar. Cuando tus compañeros están estudiando para un examen o exposición, generalmente, ves que dan unos pasitos por ahí y con la mirada atenta al cuaderno.

Para cada situación de la vida, poner los dedos frente a tu boca, tocarte mucho la nariz, frotarte los ojos o rascarte el cuello, delatan las mentiras que hacés a tus socios. Por más que disimulás al máximo, hay un tic que, si tus amigos pillan, sabrán cuando estás diciendo la verdad o no.

Así también, cuando estás relajado o te sentís superior a los demás, generalmente, ubicás las palmas de las manos detrás de la cabeza y, simplemente, te ponés cómodo en la silla. Este gesto lo practica tu jefe, directores del cole o del trabajo.

Ahora sabés que, por más que intentás disimular tus momentos de nerviosismo, mentiras, sinceridad o concentración, por lo menos un amigo tuyo se dará cuenta de tu situación sentimental. Lo bueno sería que, como conocés cuáles son los típicos movimientos, apoyales a tus compas cuando pillás que andan bien o pasan por una situación difícil.

Por José Peralta (18 años)

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...