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Traviesos y nobles, así podemos describir a los perritos que llenan de alegría los hogares. No en vano, su calificativo por excelencia es “el mejor amigo del hombre”. Estas mascotas no solamente son el complemento perfecto para la diversión, también pueden ser ángeles de la guarda, ya que te defenderán en caso de que corras peligro.
¿Alguna vez consideraste disciplinar a tu perro? La palabra “entrenar” parece desaparecida del diccionario del amo malcriador que ve a su mascota como un bebé al cual nadie debe molestar con ejercicios.
Muchos piensan que los perros entrenados sirven únicamente para colaborar con la Policía Nacional o con los bomberos; detección de drogas y rescate de personas son solo algunas muestras del apoyo canino en la sociedad.
La psicología es otra área en la que los cachorros trabajan con habilidad. La canoterapia es un tratamiento en el que niños con síndrome de Down, jóvenes con autismo y personas con alguna deficiencia física o emocional acarician a los perros y mantienen un vínculo de cariño. De esta manera, los pacientes mejoran sus niveles de autoestima y demuestran evoluciones positivas en sus relaciones con los demás.
El entrenamiento más popular se denomina “adiestramiento de obediencia básica”, que incluye las conocidas órdenes de “sentado”, “quieto” y “vení”. Esta rutina es la preferida para los cachorros de la casa.
Existen ciertos prejuicios con respecto a estos entrenamientos: algunos sostienen que son excesivamente crueles. Otros aseguran con temor que, después de los ejercicios, las mascotas se volverán agresivas y atacarán todo lo que se cruce en su camino. De acuerdo a especialistas, el gran problema radica en que las personas tienden a “humanizar” a los animales.
El instructor Daniel De Paula, presidente de la unidad canina “Sin Fronteras”, recomienda a las familias que se involucren en los entrenamientos de sus perros. “El adiestramiento es un vínculo día a día entre el animal y su amo. El proceso debe ser positivo, sin maltrato verbal”, afirma. Asimismo, el profesional aclara que todos los canes son aptos para aprender técnicas de disciplina y solamente en algunas áreas de trabajo son preferibles razas específicas.
¡Quién sabe cuántas personas están agradecidas al cielo por estos animales! Como dice una popular frase: “Cuando a Dios se le acabaron las alas, les regaló una colita y narices húmedas”. Desde el can que localizó 20 kilos de marihuana en el aeropuerto hasta el perro que frustró un asalto, todas estas mascotas son héroes peludos de la vida.
Por Víctor Martínez (19 años)