Trabajar o estudiar, el eterno dilema que angustia a nuestros jóvenes

Cumplirás 17 años y ya abandonaste el estudio; buscar trabajo parece ser la única salida. Miles de adolescentes enfrentan un futuro complicado porque no están en condiciones de acceder a la universidad. El peligro real es que te conviertas en nini.

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Al finalizar la educación media, muchos jóvenes se enfrentan a esta disyuntiva: ¿trabajo o estudio? No obstante, las condiciones de pobreza, las escasas oportunidades y, muchas veces, la paternidad o maternidad precoz inclinan con fuerza la balanza; en consecuencia, cientos de chicos se ven obligados a renunciar a la educación universitaria para ingresar al mundo laboral de forma prematura.

En el 2016, datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas afirmaron que las brechas socioeconómicas hacen que uno de cada tres jóvenes paraguayos abandone el sistema educativo a causa de la necesidad de trabajar por la falta de recursos económicos. Por otro lado, no podemos olvidar al grupo de chicos que no estudian ni trabajan; conocidos como “nini”, estos jóvenes son, sin dudas, los más relegados de nuestra sociedad.

Aunque los estereotipos tachan a los nini de haraganes y de poseer bajas aspiraciones, son estos jóvenes quienes dedican más horas del día al cuidado de algún familiar, al lavado de las ropas y otras labores del hogar, sin percibir ningún tipo de remuneración.

“Los resultados arrojaron que un 33% de los jóvenes paraguayos se dedica a estudiar o a capacitarse, el 25% solo trabaja, el 27% combina ambas actividades y el 15% restante no estudia ni trabaja. Mientras que las mujeres nini representan el 20,4%, solo el 9,8% de los hombres se encuentra en esta situación”, resalta el estudio Millennials en América Latina y el Caribe. El capítulo de la investigación, dedicado a Paraguay, fue elaborado por Dionisio Borda, miembro fundador del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya.

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“Dentro de las razones por las que los jóvenes deciden trabajar, predominan los motivos económicos (67,5%), tanto para quienes solo laburan, como para quienes estudian y trabajan, al mismo tiempo”, detalla este análisis realizado en el 2017, que abarcó a chicos de entre 15 y 24 años, residentes en Asunción y Central.

En efecto, es visible que la mayoría de los jóvenes necesita costear sus estudios y colaborar en la casa, pero el ámbito laboral no es sencillo; muchos de ellos trabajan de manera informal y, debido a la falta de experiencia, son más propensos a ocupar puestos con bajos salarios.

Con respecto a las actividades que realizan los nini, el estudio señala que el 96% efectúa labores del hogar, entre quienes un 56% se encarga de algún familiar o hijo y el 36% restante busca activamente un empleo. A partir de estos datos, se puede observar la gran diferencia que existe entre mujeres y varones, pues las primeras destinan más tiempo a tareas domésticas y, en cambio, los segundos buscan empleo.

“El 17,2 % de los encuestados dice no estudiar por motivos relacionados con la paternidad o maternidad; en ese caso, las mujeres (32,8%) y los nini (29,4%) son quienes reportan una mayor incidencia”, muestra la investigación. De igual forma, el análisis indica que la maternidad en la adolescencia es uno de los aspectos que más impacto genera en las decisiones de las jóvenes paraguayas.

En este sentido, las mujeres están más expuestas a abandonar los estudios para dedicarse a las actividades del hogar o al cuidado de algún familiar. Esto se debe a que, normalmente, el escaso apoyo de los parientes de las chicas incide en el pensamiento de que es mejor invertir en la educación del varón.

Por otro lado, las aspiraciones y las expectativas representan los motores de impulso para el futuro de un joven. Así pues, este estudio explica que “los chicos que solo trabajan, al igual que aquellos que combinan los estudios con el laburo, muestran mayores niveles de autoestima y autoeficacia, entendida por la confianza en la capacidad propia. En cambio, los nini tienden a creer que los resultados se deben a incidencias externas”.

“Lo ideal es dedicarse exclusivamente a los estudios, pero sabemos que esa no es nuestra realidad. Muchos chicos trabajan en horarios continuados y van a la universidad por la noche, con poco tiempo para el estudio fuera de las clases; además, a esto se le suma el cansancio y el estrés; todos estos factores limitan la formación”, explica el experto en políticas educativas Rodolfo Elías. Igualmente, comenta que nuestro país tiene muy pocos recursos en términos de beca o apoyo económico a los estudiantes.

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“Tenemos muchas limitaciones en todo el proceso formativo. Desde la escolar básica hasta la secundaria, existen bastantes obstáculos en términos del desarrollo de razonamiento matemático, expresión escrita y otras áreas. Esto crea una brecha muy grande con las exigencias universitarias”, comenta Elías. Asimismo, el experto señala que este factor representa otra de las dificultades a las que se enfrentan los chicos al momento de acceder a una formación universitaria.

Pensando en una probable solución, Rodolfo Elías explica que es una necesidad mejorar nuestro sistema educativo y que es hora de invertir en políticas de acceso, permanencia y calidad de la educación, si queremos revertir la situación de pobreza y marginalidad.

Con respecto a los nini, el experto señala que “los estereotipos que acusan a estos jóvenes de no tener interés en estudiar son falsos. Estos chicos tienen que trabajar en el hogar y no reciben ingresos. Además, es una población a la que se le niega el acceso al estudio y al trabajo; esto los relega a permanecer generalmente en una situación de pobreza y vulnerabilidad”, manifiesta el especialista.

“Casi la mitad de nuestros adolescentes ya abandona el sistema educativo entre el tercer ciclo y la educación media; es así que tenemos a más de 100.000 adolescentes, de entre 15 y 17 años, fuera del sistema educativo. Ellos no asistirán a la universidad, porque ni siquiera terminan la educación secundaria”, refiere el experto. Asimismo, recalca el hecho de que urgen políticas de estado que ayuden a los jóvenes a culminar todas las etapas de formación y, de esta forma, superar el círculo de necesidades en el que nos encontramos.

El secretario ejecutivo de la Juventud, Felipe Salomón, manifiesta que “el principal problema es que el joven tiene que estudiar y trabajar, a la vez. Nosotros creemos que será de gran apoyo para los chicos del país la 'Ley de Empleo de tiempo parcial'”. Asimismo, señala que este proyecto aún se está estudiando en el Congreso y establecerá que el joven debe trabajar solo 25 horas a la semana.

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Con respecto a los jóvenes nini, el encargado de la Secretaría de la Juventud indica que “estuvimos firmando un convenio con el director de Sinafocal, en el que conseguimos 25 cursos de capacitación para los diferentes departamentos”. De igual forma, comenta que la idea de este emprendimiento es que el joven logre insertarse en el campo laboral de su comunidad.

Igualmente, Felipe Salomón menciona otros proyectos como “Any nde vyro”, a través del cual se realizarán charlas para concientizar a los jóvenes sobre el consumo de drogas, educación sexual, entre otros temas. “Foco” es una iniciativa más, la cual buscará brindar un apoyo económico a los jóvenes emprendedores del país.

DEL DICHO AL HECHO

Las cartas ya están sobre la mesa, ahora nos queda aguardar que estas iniciativas no sean cajoneadas como otros eternos proyectos del pasado. Al fin y al cabo, de las medidas que adoptemos como sociedad dependerá que más jóvenes accedan a una formación académica superior, eliminando la mediocridad y rompiendo así los círculos de pobreza que someten a nuestro país.

Reportaje de Rebeca Vázquez (18 años)

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