Cargando...
Cuando entablamos una conversación con nuestro grupo de amigos, nos damos cuenta de que el vocabulario juvenil, cada vez más, está renovándose con términos de diferentes clases. Aunque el lenguaje entre los jóvenes puede estar mal expresado, el habla coloquial que utilizamos constituye un eje central al momento de emitir una expresión verbal o enviar un mensaje escrito por WhatsApp.
Entre monosílabos y palabras sueltas, el diccionario juvenil posee términos como, por ejemplo, cuando en una conversación de dos personas se menciona la frase “te juro", significa que ambos coinciden en ideas o pensamientos. Además, con carcajadas cotidianas, nuestro lenguaje puede soltar un simple “re"; esta consonante pegada a una sílaba no se trata de una nota musical, sino que la utilizamos como un adverbio de cantidad en expresiones que dicen: “re me gustás” o “re pesado sos".
Asimismo, en lugar de comentar “lo que estás diciendo no tiene relación con el tema", normalmente, manifestamos un casual “mmm…, nada que ver lo que decís". Tal vez, la Real Academia Española llore sangre cuando escuche que las frases “así es” y “¿en serio?" sean reemplazadas por “legal" y “legalmente”, aunque no se vinculen con lo jurídico.
“X2, x3, x4, x5…", ¡tranqui!, no es una fórmula química, sino un término compuesto por la letra X y un número que debe empezar con el 2, pues esta técnica se aplica cuando alguien menciona una idea y otras personas concuerdan con ella. De manera frecuente, este símbolo es utilizado en grupos de WhatsApp; también está el “rt" que se origina en Twitter por medio de los retweets y que se aplica al estar de acuerdo con lo que dicen los demás.
El diccionario de la lengua juvenil guarda toda clase de palabras que son mencionadas en contextos inapropiados, pero que aun así se comprenden para la comunicación. En momentos de tristeza o de descontento, expresar “qué bajón” se volvió común y los nuevos derivados de esta palabra, como “elba" y “el bajonazo" constituyen la lista de expresión verbal, así como el “chaaa”.
Aunque nos comprendamos al momento de hablar con las palabras mencionadas, de vez en cuando, y si es posible siempre, es importante analizar los términos para ser buenos hablantes en el lenguaje juvenil.
Por Ezequiel Alegre (18 años)