Tomar la iniciativa de vender un producto propio te convierte en un emprendedor

Usar el talento para diseños en ropas y accesorios o preparar ricas tortitas a fin de comercializarlos en el barrio o en el colegio son pasos que un emprendedor lleva a cabo. Tomar la iniciativa puede ser difícil, pero se obtienen resultados exitosos.

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Cuando pensamos en tomar la iniciativa de emprender un pequeño negocio, cruzan por nuestra mente las preguntas “¿qué pasa si mi idea resulta un fracaso?” o “¿y si a la gente no le gusta lo que ofrezco?”. A pesar de lo que puede llegar a pasar, las personas valientes que, por falta de recursos económicos para solventar la facultad o simplemente ganar dinero extra, tienen la mentalidad de un emprendedor, pues se animan a llevar a cabo actividades independientes creadas por ellas mismas.

Un ejemplo mundial es el de Kentucky Fried, quien tuvo muchos fracasos en la vida y, a causa de eso, a los 65 años quiso quitarse la vida. Sin embargo, se dio cuenta de que había cosas que no hizo aún; entonces empezó a cocinar deliciosos pollos fritos y, hoy día, a sus 88 años, es el dueño de KFC, la segunda cadena de restaurantes más grande del mundo.

Como el dinero es un elemento esencial al momento de conseguir ciertas cosas, uno debe ser ingenioso y original para comenzar a vender un producto propio. Dejando de lado el kaiguetismo y abriendo la mente para reforzar esa especialidad particular, uno puede llenar la billetera sin la necesidad de robar ni mendigar un puesto en una entidad pública.

Hoy día, por ejemplo, las redes sociales son la base para hacer publicidad y viralizar tu producto, pues muchas páginas comerciales de postres, diseños gráficos, encajes artesanales o, incluso, moldes de tatuajes son publicados en las plataformas digitales para obtener más clientes. Si tu fuerte es el dibujo, podés mostrar tus trabajos en tu cuenta de Face, ya que, sin falta, los jóvenes recurren a dibujantes para que personalicen las remeras del upd o el ud.

Los cupcakes se convirtieron en los postrecitos infaltables en las fiestas de cumpleaños, bodas y colaciones, pues su sabor y el decorado tierno hacen que sean muy consumidos. Entonces, en el caso de que la cocina sea tu especialidad, qué esperás para hacer algunas tortitas y venderlas a tus compañeros de colegios, profesores y a tus vecinos. Ah, un pequeño dato que te puede servir es que al momento de ofrecer tus comestibles, la sonrisa y la alegría deben sentirse, porque eso siempre compra a la gente.

Cómo no sacar provecho del talento en la artesanía; los accesorios coloridos y rústicos vuelven locas a las chicas coquetas. Haciendo una página que llame la atención en internet, podés alzar tus variados trabajos, como pulseras, tobilleras, collares o llaveros; esa iniciativa, tal vez, puede convertirte en un exitoso microempresario.

Por Ezequiel Alegre (17 años)

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