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“Yo pertenezco a la cuarta generación de barberos en mi familia; mi bisabuelo fue quien comenzó en este rubro, luego le siguió mi abuelo hasta que me tocó a mí”, comenta Emanuel Fretes. El joven barbero y peluquero manifiesta que su taita guasu fue quien le enseñó las técnicas básicas para el uso de las navajas de rasurar y las tijeras.
“Comencé a laburar cortando el pelo a la gente a los 13 años aproximadamente, en ese momento no me gustaba mucho este trabajo, más bien era una salida para los problemas económicos que teníamos, pues mi familia no era muy pudiente”, expone Emanuel. El joven cuenta que le fue muy bien como barbero y que, gracias a eso, realizó estudios de especialización en el área en el exterior.
Emanuel indica que emprendió su negocio abriendo su primera barbería en la ciudad de Luque y que, rápidamente, fue ganando clientes, hasta el punto en que ahora cuenta con cinco locales distribuidos en Asunción y en Luque. “A veces, cuando estoy cortando el pelo a un cliente, me río solo y él me pregunta: ¿De qué te reís? Entonces, le respondo que me cuesta creer que antes tenía una sola barbería y ahora ya tengo cinco sucursales”, señala el barbero y peluquero.
“El Vikingo” es el nombre de la barbería que emprendió el joven. Ema cuenta que su local lleva ese nombre gracias a uno de los asesores que contrató, quien fue el que le brindó la idea de colocar espadas y escudos nórdicos en las paredes de su local. “En mi barbería, además de venir a tratarte la barba, podés acudir para cortarte el pelo, ya que también soy peluquero”, dice el joven.
Por otro lado, Fretes contó que, aparte de trabajar con las tijeras y navajas de rasurar, también enseña a otros a que las sepan usar pues, en sus días, libres imparte cursos de peluquería. “Me gusta mucho instruir; en la academia que tengo asisten personas de todas las edades, desde jóvenes hasta adultos mayores que desean aprender sobre esta antigua profesión”, afirma Emanuel.
El peluquero destaca una sucursal de su barbería, la cual está destinada para aquellos alumnos de su academia que han culminado el curso. “Decidí abrir una barbería para que mis alumnos tengan la posibilidad de experimentar su primer empleo como barbero, si es que así lo desean”, expresa Fretes.
Emanuel invita a los jóvenes, que están emprendiendo algún negocio, a no darse por vencidos, pues afirma que las dificultades y los obstáculos siempre estarán presentes. “Cuando algo no te salga, no te frustres; antes parecía que no me iban a salir los cortes y hasta los que me enseñaban perdían la paciencia pero, aun así, nunca me rendí y ahora saboreo los frutos de mis esfuerzos”, concluye Emanuel Fretes.
Por Alejandro Gauna (18 años)