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La miopía es un problema de la refracción y se presenta cuando a las personas se les dificulta ver claramente los objetos que se encuentran a cierta distancia. Con el avance de la tecnología en el ámbito de la salud, este padecimiento se puede controlar usando lentes de contacto, anteojos o mediante una cirugía.
A varios pacientes les resulta molestoso ponerse las gafas porque no están acostumbrados a su uso o simplemente temen a las burlas que recibirán. Si sos miope, nunca falta la persona que te pide prestados tus anteojos y después de probárselos dice "te estás quedando ciego"; esto a veces es bastante irritante.
Existen momentos difíciles para los miopes, como, por ejemplo, confundir un camión de basura con un colectivo y perder automáticamente tu dignidad en el momento de hacer la para o cuando no ves nada de lo que escribe la profe en el pizarrón y tenés que copiar de tu compañero con su letra inentendible. Aunque muchas de estas situaciones parecen vergonzosas, con el tiempo se convierten en anécdotas.
Suele suceder que tus amigos te digan que te quites los anteojos y pregunten cuántos dedos ves; a veces, se te pierden los anteojos y necesitás otros lentes para buscar los que desaparecieron. En ocasiones, sentís desesperación y nerviosismo, pero cuando todo pasa, te causa risa recordarlo.
Sabés perfectamente que tu vida corre peligro cuando salís a la calle sin tus anteojos; no leés bien las señalizaciones ni las líneas de los buses y, en días de lluvia, todo se vuelve más complicado. Ser una persona con baja visión tiene varios riesgos; por eso, nunca dudes en usar tus gafas.
La visita al oftalmólogo es importante para el tratamiento del problema visual; debés acudir anualmente a un centro asistencial. Si sos miope, no olvides ponerte los anteojos a fin de prevenir que tu graduación aumente. Dejá pasar los malos comentarios de las personas que te dicen "cuatro ojos" y seguí con tu peculiar manera de ver la vida.
Por Mónica Rodríguez (18 años)