Sin cadenas ni prisión, la esclavitud moderna sigue oprimiendo a mucha gente

La esclavitud se actualiza con explotación humana que no se ve, pero consume por completo. Por ejemplo, el trabajo doméstico, los endeudamientos y condiciones laborales pésimas son las rejas que encierran a muchos trabajadores que no pueden progresar.

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La explotación moderna no trata de tomar al hombre como una mercancía que se puede comprar ni vender sino que la esclavitud, actualmente, se hace presente sin cadenas. Por lo tanto, sin que uno se percate puede estar siendo un trabajador oprimido por las deudas, por su pareja o por su mundo laboral en condiciones lamentables.

Entre las presentaciones de la esclavitud moderna, el trabajo doméstico es uno de los tipos de explotación que sigue vigente en nuestro país, pues muchas mujeres y jóvenes se encargan de la limpieza y el cuidado de casas de familia. En muchos casos, los que se desempeñan de dicha manera reciben una remuneración que, aparte de no recompensar tanto esfuerzo, alcanza a duras penas para los gastos del mes.

Indudablemente, si una mujer se mata haciendo los quehaceres sin ayuda de su esposo, también está en una situación de esclavitud. Tristemente, aún hay gente que cree que ña Lucía debe servir a don Rubén, cuando casarse con alguien requiere el trabajo en conjunto para tener una vida digna. Asimismo, esto ya se ve venir cuando el chiko'i se recuesta siempre sobre la novia a la hora de lavar cubiertos, preparar el almuerzo o hacer algo relacionado con las labores de la casa.

Todos conocemos a ese amigo que se hunde en su laburo, no tiene tiempo para su familia, vive preocupado por las deudas y nunca puede salir de su sistema pobre y cerrado. Por eso, el duro trabajo en condiciones infrahumanas, combinado con un montón de deudas que pagar, es un ejemplo clave de una de las esclavitudes modernas que se ven todos los días.

El tráfico de inmigrantes y la prostitución también forman parte de los "trabajos" que aprisionan a millones de personas, sin rejas que se noten. Hace unos meses, un informe publicado por la Fundación Walk Free, presentado en Naciones Unidas, reveló que Haití y Venezuela son los países con más esclavitud moderna en Latinoamérica.

Tal vez, para muchas personas la libertad es solo una fantasía que se viste de mentiras y falsas ilusiones de progreso, pues viven esclavizadas por un mundo laboral que las oprime y explota. Por lo tanto, estudiar una carrera, levantarse de las caídas, buscar un ambiente laboral que prometa remuneración justa y defender los derechos de horario son las opciones que tenemos para tratar de salir de las cadenas escurridizas e invisibles de la esclavitud moderna.

Por Andrea Parra (18 años)

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