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En las últimas décadas, conocer varios idiomas ha pasado de ser un simple lujo a una necesidad. La globalización constituye un fenómeno que ha llegado a cada rincón del mundo e, incluso, se manifiesta en casi todas las aristas de nuestra rutina diaria y esta expansión tecnológica demanda saber, por lo menos, su lengua internacional: el inglés.
Muchos especialistas de la expresión de nuestro mundo contemporáneo afirman que ser bilingüe o políglota es algo sumamente positivo. Asimismo, estos expertos en idiomas creen que esta obligación de conocer varias lenguas internacionales se debe a las demandas de viajes a otros países que nos exige la globalización en el sistema económico.
Por otra parte, los sabios de idiomas afirman que conocer varias lenguas internacionales implica demasiadas ventajas. Entre estos beneficios incluso existen aspectos positivos en la salud, pues, según la página web Huffpost, la cual se basa en un estudio científico de la American Association for the Advancement of Science, el Alzheimer tarda más en desarrollarse en las personas políglotas.
Otras de las ventajas de poseer la capacidad de conocer y hablar otros idiomas son viajar constantemente a distintos países sin necesidad de contratar traductores y poder comunicarte con gentes de otras culturas espontáneamente. Asimismo, según un estudio de la Universidad de Chicago, ser bilingüe o políglota te ayuda a mejorar en la toma de decisiones, pues la investigación afirma que existe un vínculo entre saber una segunda lengua y las ideas racionales.
Creer que saber hablar el inglés u otra lengua es algo superfluo constituye un error muy desmesurado. Ser bilingüe o políglota debería considerarse un requisito que cada uno tiene que exigirse, pues el trabajo y la vida contemporánea nos obligan a capacitarnos en todas las aristas posibles.
Por Joaquín Tandé (18 años)