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Al comienzo del año escolar, muchos estudiantes vuelven entusiasmados a sus salas de clases. Sin embargo, en el transcurso de la etapa académica surgen algunos descuidos, lo que hace que el chico no entre al aula y prefiera escaparse en horas de matemáticas.
Como consecuencia de la falta de interés durante las horas de clases y las pruebas sumativas, a fin de la etapa escolar, muchas madres decepcionadas reciben la libreta de calificaciones de sus hijos que se aplazaron ya sea en una o varias materias.
El apoyo familiar en la etapa del colegio es fundamental para que los jóvenes sientan ese acompañamiento durante el proceso de formación académica. El problema por el cual muchos chicos dejan materias para rendirlas en febrero es la falta de interés por parte de sus familiares.
No solo se debe rendir bien el examen final sino también es necesario tener un buen proceso, que consiste en asistir a clases, entregar las tareas a tiempo y prestar atención cuando el profe explica. Dejar de lado los envíos de mensajitos mientras el profe enseña te puede salvar de ser tildado como el “burrito aplazado”.
Algunos recurren a profesores particulares que cobran entre G. 15.000 y G. 30.000 por hora, mientras que otros se rebuscan en los libros o viendo tutoriales en YouTube acerca de ejercicios de química o matemáticas. Asimismo, están los que no cuentan con ningún recurso y se presentarán a rendir sin preparación alguna.
De no pasar los exámenes en febrero, los alumnos aplazados tendrán que repetir el año, provocando así un atraso en su proceso de formación educativa. Por esa razón, eliminá la excusa del “mañana nomás voy a leer, total falta todavía para el examen”, que tal vez te arruine el año en el cole.
Para los febreristas, las vacaciones terminaron a fines de diciembre y, en lugar de estar en una piscina disfrutando del verano, muchos de los que dejaron materias están estudiando bajo un árbol todo lo que no aprendieron durante el año lectivo.
Si tenés materias que rendir en estos días, ponete las pilas y no dejes el estudio solo para una noche antes del examen. No hay nada mejor que tener unas vacaciones tranquilas al terminar el cole, alejados de esa desesperación de que necesitás completar tus cuadernillos para pasar de curso.
Por Mónica Rodríguez (19 años)