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La tradicional fiesta de San Juan se recuerda el 24 de junio en nuestro país. Cuando el sexto mes del año empieza, la alegría nos invade al saber que podremos asistir a las celebraciones para deleitar nuestro paladar con las deliciosas comidas típicas. ¿No se te hace agua en la boca al pensar en ese mbeju con cocido o en el chicharõ trenzado con mandioca?
La celebración de San Juan presenta a las chicas la oportunidad de saber qué les depara la vida en el aspecto amoroso. Una de las pruebas más conocidas es aquella en la que se suelta a un gallo en una ronda formada por jovencitas que poseen granos de maíz en las manos. La muchacha elegida por el ave para que la alimente será la primera en casarse.
Uno de los elementos principales de esta celebración es el fuego. Por ejemplo, el toro candil persigue a los presentes, mientras estos corren despavoridos ante la visión de los cuernos del disfraz en llamas. También está la pelota tata, una manera temeraria de jugar al fútbol, pues el balón utilizado literalmente es una bola de fuego. ¡Ah!..., si querés demostrar que sos valiente y resistente a cualquier prueba, no olvides caminar sobre las brasas al participar del tata ári jehasa.
El momento cumbre en una fiesta de San Juan es cuando el Judas kái explota a causa de las bombas que están en el interior del muñeco. El mismo representa a algún personaje que se haya ganado mala fama en la ciudadanía. ¿Tenés algún candidato a ocupar la posición de Judas kái este año?
Asistir a una celebración de San Juan te permite reír a carcajadas viendo cómo caen al suelo los participantes de la carrera vosa o la manera en que las personas que juegan paila jeheréi se esfuerzan en despegar las monedas adheridas a la sartén. Por otro lado, debés cuidarte de quienes se divierten con el kambuchi jejoka; los niños tienen los ojos vendados y un palo en la mano, por lo que pueden darte un golpe creyendo que se trata del cántaro.
Si vas a una fiesta de San Juan con tus amigos, no olvides pedirles que te lleven al casamiento koygua con la persona que te gusta. Aunque solo sea una simulación, vas a estar muy feliz de participar de una boda con la persona que te roba los suspiros. Quizá, muy pronto, San Juan diga que sí y convierta tu sueño en realidad.
Por Viviana Cáceres (19 años)