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La organización que conlleva salir a farrear con los amigos es un proceso largo y complicado. Casi siempre, la idea surge en el grupo de WhatsApp, ya que a alguno de tus socios le picó el bichito de la farra y su cuerpo pide divertirse una noche. Son infaltables las personas que trancan y, desde un principio, dicen que no van a ir a la fiesta; en la mayoría de los casos, estos personajes son dominados por sus respectivas parejas, aunque ellos lo nieguen a muerte.
El día de la fiesta, algunos grupos prefieren encontrarse antes para organizarse mejor e ir llegando todos juntos al lugar escogido para pasar la noche; si hay amigas que también van a ir, es prudente volver a avisar unas 6 horas antes para que ellas se preparen bien. Normalmente, los hombres no escatiman esfuerzos para prepararse; aunque nunca está ausente el personaje que hasta se pone talco pédico para ir a la farra.
Posteriormente, al llegar a el sitio de la fiesta, se hace la popular “vaquita” para comprar las bebidas que van a dar alegría y diversión a toda la noche; nunca está ausente el amigo “sano”, es decir, la persona que no va a beber alcohol ni aunque su vida dependiera de ello. Pero, así como está el socio que no toma, también es infaltable el personaje que, literalmente, ingiere hasta el agua del florero.
Al momento de bailar, es algo deprimente que vos seas la única persona que no tenga pareja de baile; la cosa es más triste aún, si tus habilidades para danzar son peores que los chistes de tu socio cuando está borracho. Si tu situación es la contraria y sos un “máster” bailando, debés aprovechar; ya que, gracias a que sos un “pro”, vas a recibir invitaciones de casi todos los presentes en la fiesta, para demostrar tus dotes artísticos.
Muchas personas critican a quienes salen a farrear los fines de semana. Pero, no se puede negar que, de vez en cuando, una escapadita con los amigos es genial y sirve para salir un poco de la agobiante rutina.
Por Brian Cáceres Verón (17 años)