¿Sabías que esa rueda tirada en el patio puede convertirse en un sillón?

“No sirve más esa rueda, tirá nomás ya”, es la frase que escuchamos de las personas que no encuentran alguna utilidad al neumático viejo. Desde planteras hasta un juego de sillones podés hacer de ese objeto que, habitualmente, es tirado a la basura.

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¿Pensaste alguna vez qué utilidad les podés dar a aquellas ruedas de tu auto que ya no se pueden usar más? Muchas veces, decimos que no sirven para nada y que lo mejor es tirarlas a la basura. Sin embargo, existen personas creativas e innovadoras que dan color y forma a los neumáticos usados.

Planteras, sillones cómodos para el jardín, mesitas coloridas, cama para tu mascota, hamacas, juego de puffs y muchas otras cosas más se pueden hacer de aquellas ruedas que ya no le sirven a tu vehículo y que están tiradas en el patio. Con muchas ganas y paciencia, podés transformar algo viejo en un artículo útil para tu hogar.

A menudo, solemos observar que los neumáticos desgastados van a parar a la basura o los amontonamos detrás de la casa, convirtiéndose en criaderos de alimañas, especialmente mosquitos, y ofreciendo un mal aspecto a la visita. ¿Por qué no convertís las ruedas en ornamentos que después hasta pueden ser vendidos?

Según algunos estudios ambientales, un neumático abandonado tarda 600 años en degradarse. En lugar de contaminar nuestro entorno, sería bueno que muchas personas se sumen al reciclado y nada mejor que de uno de los mayores contaminantes como es la rueda.

Son tantas las formas que podés darles a estas gomas redondas, solamente depende de tu imaginación y las ganas de crear algo útil. En lugar de quemar las ruedas o tirarlas a la calle, causando contaminación ambiental, ofrecé un toque divertido y diferente a los neumáticos.

Lo que antes formaba parte de tu vehículo, puede ocupar algún rincón de tu sala o de tu jardín. Reciclar es muy beneficioso para el medio ambiente y no hay nada mejor que reutilizar los neumáticos viejos, transformándolos en bellos sillones y hamacas para que jueguen los niños. Sacale provecho a lo que a muchos les parece inservible.

Por Mónica Rodríguez (18 años)

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