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Conseguir un trabajo estable, al salir del colegio, resulta una búsqueda difícil para los jóvenes egresados, pues en casi todas las empresas piden cierta cantidad de experiencia que habitualmente no se posee.
Las compañías dedicadas a ventas de diversos productos, las conocidas como "call center", son las que más empleo dan a los jóvenes que buscan trabajo, pues requieren “mínima experiencia y muchas ganas de superarse". Sin embargo, no siempre ofrecen la mejores condiciones para ejercer dichos oficios.
En muchos casos, estas empresas no llegan a pagar la totalidad del sueldo mínimo a los jóvenes y los mismos deben obtener un mínimo de ventas para poder cobrar su mensualidad base; sin mencionar que llegan a pasar más de 10 horas en el puesto laboral. Los trabajadores deben aplicar diversos métodos de venta: redes sociales, vía telefónica, catálogo, entre otros, para poder juntar la cantidad necesaria.
A medida que pasan los meses, la cantidad de ventas que deben conseguir los empleados aumenta, al mismo tiempo que se incrementa la dificultad para llegar al objetivo. Si los vendedores no consiguen llegar a las metas propuestas, son despedidos.
Las firmas, normalmente, suelen dar aviso a los empleados de que serán despedidos, unas semanas antes. Durante este tiempo, algunos superiores deciden recortar las comodidades del personal.
Habitualmente, buscan darles trabajos que no corresponden a la sección en la cual se desempeñaban, teniendo que quedarse horas extras hasta terminar dichos encargos; al mismo tiempo, deben seguir ejerciendo su labor cotidiana. Con esto se busca que el propio empleado presente su renuncia lo antes posible para rescindir de sus servicios sin pagar la indemnización correspondiente.
En muchos casos, los jóvenes intentan aguantar los días de explotación, bajando la cabeza y tratando de cumplir a cabalidad las exigencias de sus superiores para poder cobrar la liquidación y no quedarse sin un guaraní en el bolsillo hasta encontrar otro trabajo. Sin embargo, varios deciden renunciar sin hacer cumplir sus derechos legales, a causa de los malos tratos e incomodidades.
Es una vergüenza que tantas empresas se dediquen a explotar y pisotear los derechos de sus empleados y, más aún, cuando son jóvenes que están empezando en el ámbito laboral tratando de salir adelante. Esperemos que, algún día, los egresados puedan trabajar teniendo las garantías necesarias para desempeñarse de manera exitosa en un empleo digno.
Por Divina Alarcón (18 años)