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"Respetá mis cuestiones personales, no divulgues informaciones sobre mi vida, dame espacio, no tergiverses lo que aún no comprobaste y, por sobre todo, no me exijas que te cuente algo muy mío o de mi familia", dice la privacidad mientras los chismosos tocan su puerta sin cesar.
A algunos, desde pequeños, se les regala diarios o agendas personales en donde uno empieza a experimentar de a poco la idea de la privacidad, pues todos quieren guardar muy bien sus escritos y nadie desea mostrar los pensamientos o sentimientos que redacta en su cuadernito.
Asimismo, en la vida de un adolescente, guardar lo que uno lleva dentro es muy común, ya sea lo que pasó hoy en el cole, el sentimiento de afecto hacia alguien o las tristezas. En muchos casos, los padres son quienes, por preocupación, empiezan a preguntar todo el tiempo "¿qué pasa?". Sin embargo, hay momentos en los que, sencillamente, un chico o chica necesita privacidad.
Estar en la pieza a solas, mientras uno consulta con la almohada, es un encuentro con los pensamientos y posturas, tanto de la cabeza como del corazón; entonces, si notás que alguien está con muchos problemas, quizás, lo mejor será que dejes que esa persona desate los nudos de sus preocupaciones y aclare su mente, antes de ir a hablar con ella.
Por otra parte, muchos ignoran la otra cara de la privacidad, pues un artículo de la Constitución Nacional especifica que "la intimidad personal y familiar, así como el respeto a la privacidad son inviolables"; por ende, no se trata de un berrinche o algo parecido. La defensa es justa cuando alguien toma las riendas de sus asuntos y decide no cantar a los cuatro vientos lo que le compete solo a su familia o a un sector en especial.
Normalmente, se pisotea dicho artículo cuando, en los programas de farándula, se realizan preguntas incómodas o se busca sacar datos relevantes de la entrevistada, con una actitud tajante y avasalladora. Además, la comisión "chisme en acción" del barrio se reúne cada tanto para conversar sobre la vida privada de los demás haciendo comentarios como "Lucía ko está embarazada había sido", "yo ya veía venir luego", "para mí que José'i es el papá" y "su hijo seguro va a sufrir anga con esa mamá que ni trabaja".
Algunas frases de chicos que sienten no tener privacidad: "Papá y mamá, los amo y entiendo que es imposible que yo no les preocupe, pero a veces necesito estar solo” y “querido vecino, saque su cuchara de las ollas ajenas, pues lo que se está preparando ahí no tiene ingredientes que le puedan afectar a usted”.
Finalmente, nos preguntamos: ¿Acaso es tan complicado comprender que todos necesitamos nuestro propio espacio, pensar a solas y que la gente respete eso?
Por Andrea Parra (18 años)