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Durante tu niñez adquirís nuevos conocimientos todos los días y cada amanecer es una nueva aventura. Como dijo Einstein, el tiempo es relativo; entonces, si hacés algo que nunca habías hecho, los minutos que llevará son posiblemente difíciles de descifrar, pero cuando lo volvés a realizar, sabiendo exactamente qué pasos seguir, sentís que fue mucho más rápido.
Cuando vas creciendo, las pequeñas cosas de la vida, como tomar un vaso de agua, comer un chocolate, ver una película o hacer nuevos amigos, se convierten en acciones monótonas y eso disminuye la emoción del momento; así, el tiempo parece pasar más rápido. Lo que sería un mapa mental de la vida ya lo tenés, entonces, mientras más años transcurran y más experiencias adquieras, menor te parecerá el tiempo que ha pasado.
Un minuto puede pasar súper rápido si estamos concentrándonos en una acción o nos encontramos en plena diversión, pero si miramos al reloj durante 60 segundos, parece que la manecilla nunca va a dar la vuelta completa. Otra de las razones por las que sentimos que el tiempo vuela es que, por ejemplo, cuando tenemos entre cinco y diez años, 365 días son un altísimo porcentaje de todo lo que hemos vivido; en cambio, para una persona de cinco décadas, 12 meses representan un granito de arena en todo el camino ya recorrido.
Llega una etapa en la que te das cuenta de que los años cada vez pasan más rápido. Ya estás estudiando en la universidad, trabajando, construyendo una vida y ni te diste cuenta en qué momento terminó el 2015. Te hablan de algo que pasó en 2010 y te parece que fue ayer, pero ya son nueve años, te dicen 2020 y pensás en un futuro lejano; sin embargo, faltan once meses.
La mente es muy profunda y nunca podremos saber el motivo real de todo esto, pero si algo es cierto es que la mayoría de las personas concuerdan en que hay un momento en el que la vida se acelera y muy notoriamente. Por lo tanto, no debemos quedarnos dormidos pensando en que la vida es inmensamente larga y que siempre habrá tiempo de sobra por delante; los días y los años van pasando y las oportunidades se esfuman.
Lo que tengas que hacer, hacelo hoy, no esperes hasta lamentarte por no haber tomado una decisión a tiempo. Vos manejás tu vida y controlás tus movimientos; por ende, si tenés la oportunidad de brillar y cumplir tus objetivos, no la desaproveches.
Por Diego Benítez (19 años)