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Sin melodías, la vida sería un error. La música forma parte de la supervivencia cotidiana; para cada momento y estado de ánimo, hay algún estilo musical que nos identifica. En ocasiones tristes, generalmente buscamos temas para sentirnos mejor; asimismo, cuando estamos felices, necesitamos canciones que contribuyan al momento.
Nunca fue tan acertada la letra de un tema compuesto por Cerati: “Ponés canciones tristes para sentirte mejor”. Generalmente, cuando estamos deprimidos tendemos a escuchar canciones que reflejan nuestro sentimiento. Algunos prefieren músicas muy melancólicas; sin embargo, hay otros que optan por canciones que estimulan la buena onda.
Músicas como “Solito” de Salamandra o “Caos total” de Paiko, entre otras, no pueden faltar en la lista de canciones de los que son amantes de la nostalgia y el rock nacional. El reggae también es muy frecuentado, muchos optan por este estilo para encontrar esa paz con uno mismo, ¿o vos nunca cantaste “Todo biento” de Pipa para tabaco cuando estabas en bajón?
Otro estilo musical muy solicitado en momentos de tristeza y desconsuelo es el vallenato. Asimismo, a este género algunos lo llaman “cortavenas”, ya que sus potentes y muy expresivas letras lo llevan a uno a sentirse peor después de escucharlas, más todavía cuando querés olvidar a esa personita especial.
Cuando estás feliz, también necesitás canciones que contribuyan al momento y esto varía de una persona a otra o del contexto en el que uno se encuentre. Las músicas de Kchiporros se han convertido en ícono de la alegría. Temas como “Sr. Pombero”,“Ojos rojos”, “Ruta 1 y ruta 2”, entre otros, no pueden faltar en una farra con los perros. Asimismo, la famosa música “Bandida” es una de las más pedidas en el fiestas y, sin duda, se ha convertido en símbolo del despecho.
“Normalmente, cuando una persona tiene un problema serio en la vida, se refleja en su música”, expresaba Kurt Cobain, líder de la banda Nirvana. Los sentimientos son algo cotidiano en la vida del ser humano; asimismo, cada uno tiene su forma de divertirse o deprimirse, pero sin dudas, la música es el mejor compañero.
Por Joaquín Tandé (17 años)