Platónicos, los amores perfectos que solo pueden existir en nuestra imaginación

“Qué linda, la amo, ella es mi platónica”, es la expresión exagerada que utilizamos cuando nos gustamos de alguien que nuca será nuestra pareja. Los amores idealizados por uno mismo hacen que el afecto por esa persona viva solo en nuestra imaginación.

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Esta es una historia de ficción: Belleza, inteligencia, carisma y sabiduría eran las características que definían a la mujer de quien Tobías, un adolescente, estaba enamorado. El joven sabía que nunca podría conocer a una dama con esas virtudes, por lo que decía que esa mujer era su amor platónico. Este ejemplo demuestra que cada mente puede crear e imaginar las cualidades de una persona “perfecta” para uno mismo.

El sentimiento que puede nacer en cualquier segundo de nuestras vidas es el amor; asimismo, con una pizca de suerte, es posible crear un vínculo especial con esa personita que hace que nuestra mente sea un mar de emociones. A la par que vamos creciendo, en las escuelas, en los colegios o en las universidades, nos sentimos atraídos hacia la compañerita del salón; incluso, anécdotas de conocidos personajes cuentan que las maestras de primaria fueron amores platónicos de algún que otro alumno.

El dicho “ay, es mi platónico” forma parte de las típicas frases más conocidas entre los jóvenes, quienes se refieren de esa manera a sus crush inalcanzables. Dicha expresión surgió de los diálogos del filósofo Platón, quien decía que el verdadero amor es el hecho de querer conocer el interior de una persona, o sea, la sabiduría y el conocimiento, más allá de lo físico.

Obvio que sin dudar, en algún momento, todos tuvimos aquel amor extremadamente imposible. ¿Te acordás de cuando buscabas a tu príncipe azul o cuando te gustaba la heroína de tu caricatura favorita? ¡Exacto!, esos platónicos ni en la otra vida se harán realidad.

Por otra parte, al momento de mirar a una persona en el bus, en la calle o al ver una película con Brad Pitt o Emma Watson de protagonistas, automáticamente, decimos “qué churro que ya es mi amorcito platónico”. Llega un punto triste en el que debés resignarte a no estar con esos rompecorazones inalcanzables y seguir participando hasta, por lo menos, encontrar alguien que te escriba un “hola” por WhatsApp.

Julieta Venegas, en uno de sus temás clásicos, expresa lo siguiente: “Prefiero amores platónicos, consuelo de tontos solitarios; prefiero amores imposibles, consuelo de haber perdido demasiado”. ¿Esta estrofa define tu vida amorosa?

Por Ezequiel Alegre (17 años)

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