Petardos y juegos pirotécnicos, un peligro disfrazado de llamativos colores

Destellos de varios colores esparciéndose por el firmamento cautivan a millones de personas en el mundo durante las fiestas. Sin embargo, los fuegos artificiales y los petardos representan un peligro en manos de menores y de personas inconscientes.

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Las cañitas silbadoras, los fosforitos, ajitos y estrellitas se convierten en aliados infaltables para alegrar a los niños y jóvenes en diciembre y contagiarlos del “espíritu navideño”. Todo es amor y paz hasta que tus padres comienzan a escuchar acerca de los peligros que representan los petardos que comprás, los cuales aumentan de tamaño con el paso de los años.

Es normal querer experimentar con petardos que son cada vez más potentes. Sin embargo, la bella mezcla de luces y sonidos se puede convertir en un mal momento que arruine las celebraciones, ya que aunque estos elementos parezcan juguetes para niños, debido a sus llamativos colores y formas, los petardos están hechos de elementos que, utilizados de manera negligente, pueden ocasionar desde la pérdida de un dedo o una mano hasta heridas que desfiguren un rostro.

Cada año, el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social impulsa una campaña denominada "Hakembo: piedra, papel, tijera o bomba", que busca concientizar a los padres para que no permitan a sus hijos manipular petardos, por más pequeños e inofensivos que estos parezcan. Dicha iniciativa se debe a que los datos de la mencionada cartera de Estado indican que la mayor parte de los heridos por juegos pirotécnicos tienen menos de 15 años.

Por otra parte, desde hace unos años, las redes sociales se llenan de imágenes de perritos que llevan carteles colgados al cuello durante los festejos navideños; en los letreros se hallan frases para concientizar acerca del uso de la pirotecnia, pues los petardos asustan a los canes.

La falta de conciencia, acompañada de unos cuantos petardos, también puede herir vidas inocentes. Luego de los festejos que recibieron el año 2011 en nuestro país, se hizo conocido el caso de una perrita que fue violentada por unos jóvenes, quienes introdujeron unos petardos en la boca del animal, destrozando su mandíbula.

El pasado 8 de diciembre, durante la festividad de la Virgen de Caacupé, se realizó frente a la Basílica un espectáculo de fuegos artificiales con 50% menos de potencia de lo normal, que duró ocho minutos. La idea surgió precisamente para proteger a los amiguitos peludos que estuvieran en los alrededores del templo en ese momento.

Resulta difícil decir que no al espectáculo de sonidos y luces que ofrecen los petardos y los juegos pirotécnicos; sin embargo, es importante tener en cuenta que la esencia de las fiestas de fin de año reside en el amor de la familia y los amigos. No permitas que la irresponsabilidad y el mal manejo de artefactos pirotécnicos se lleven alguno que otro dedo de tu mano o conviertan tu fiesta en una tragedia.

Por Belén Cuevas (16 años)

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