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La política de financiar la educación superior en el exterior es una buena inversión pública para la patria. Un claro ejemplo es lo que hizo don Carlos Antonio López, quien envió a jóvenes bachilleres a realizar estudios universitarios en Europa. Para muchos, fue uno de los presidentes más capacitados ya que su periodo es considerado el mejor en industrialización a nivel país.
Si bien la educación paraguaya es paupérrima, existen jóvenes que no se conforman y buscan una solución en el exterior. Asimismo, es admirable que los estudiantes se preocupen por el presente y por el futuro de la nación, ya que van en busca de capacitación para luego volver y contribuir con sus conocimientos en la construcción de un mejor país.
Con 375 nuevos becarios en la más reciente convocatoria general, Becal está cumpliendo un año de funcionamiento. Con la inclusión de los mismos se alcanza 650 paraguayos ubicados en más de 50 de las mejores universidades del mundo, repartidos en 23 países de América y Europa.
Por todo el mundo existen varios ejemplos de naciones que eran consideradas “pobres” y que hoy en día se convirtieron en potencias, gracias a la destinación de fondos públicos para la formación de estudiantes en el exterior. Entre ellas, está Singapur, considerado uno de los estados con mayor índice de evolución y que, actualmente, se encuentra entre los mejores países en los ámbitos de educación, salud y competitividad económica, donde la corrupción es casi inexistente.
En Ecuador, el programa de becas empezó en 2007 y, actualmente, ya destinó un total de US$ 410 millones para financiar a jóvenes que buscan cursar estudios de grado y posgrado en el exterior. Los becarios vuelven y están obligados a trabajar en instituciones públicas durante el doble del tiempo que se fueron; de los que retornaron entre 2010 y 2015, 99% ya se encuentran produciendo para su país.
En nuestro país, Becal, programa de becas que envía jóvenes al exterior, cuenta con tan solo un año de vida y ya está superando sus expectativas. Sin embargo, sería bueno que el proyecto no solo se base en formación de postgrado sino también en estudios de grado; asimismo, esperamos que el próximo mandatario asuma el compromiso y siga en el camino de la inversión educacional, convirtiéndolo en una política de Estado.
Por: Joaquín Tandé (17 años)