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Un emoji de corazón puede sonrojarte, mientras que uno con la cara enfadada hará que te preguntes por qué la persona con la que te estás comunicando se enojó. El primer emoji comenzó a latir en 1999 en una telefonía móvil japonesa llamada "Docomo" con la intención de incrementar el número de sus usuarios juveniles. Shigetaka Kurita, un diseñador de la compañía, creó el primer ícono que tuvo forma de corazón.
Las principales fuentes de inspiración de Shigetaka fueron las historietas japonesas y mangas. Sus primeros 176 emojis eran de distintos colores y formas; la función general de estos íconos se basaba en expresar los sentimientos de las personas y el clima.
Desafortunadamente, la empresa "Docomo" no logró registrar los emojis con los derechos del autor y, en el 2005, otras compañías telefónicas tuvieron la iniciativa de copiar, modificar y rediseñar otros dibujos. En el 2011, la utilización de los emojis fue mundialmente conocida a través de su implementación en el sistema operativo IOS 5 de Apple.
Hoy en día, un emoji puede alegrarte el día, enamorar a una persona o provocar lágrimas de desilusión. Tal vez, no haya un gran pensador que comparta una idea personal acerca de los emojis, pero estas caritas hablan por sí solas ya que las imágenes valen más que mil palabras.
Los emojis primitivos ya ingresaron en la historia del arte y fueron incorporados en la colección del Museo del Arte Moderno de Nueva York, donde se exponen actualmente. Según la página web moma.org, hay aproximadamente 1800 íconos que podemos encontrar en distintas aplicaciones; sin embargo, son pocos los que diariamente utilizamos al intercambiar los sms con una persona.
Los gestos juegan un papel primordial en las conversaciones entre amigos; asimismo, los emojis son muy importantes en la comunicación escrita. Un corazoncito roto representa desilusión; la carita con las manos en la barbilla, reflexión y el emoji de la persona corriendo significa apuro.
Las maneras de comunicarse ya cambiaron. Podés hacer que tus mensajes de texto sean más interesantes agregándoles unos cohetitos, algunas estrellitas o, simplemente, tu emoji favorito.
Por José Peralta (19 años)