Números, sumas y dolores de cabeza: ¿en verdad las matemáticas nos benefician?

Noches enteras de estudio, videos tutoriales y otros recursos son los mejores amigos de aquella persona a quien le cuestan las matemáticas, pero quiere pasar de curso. Esta materia nos exige mucho y deberíamos saber si realmente nos servirá en el futuro.

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Calculadoras, transportadores, hojas, borradores y lápices, en las noches de desvelo, son los objetos que nos recuerdan a nuestra vieja enemiga que, desde la primaria, nos acosa y nos da dolor de cabeza. Las matemáticas constituyen las horas de estudio menos deseadas por gran parte del estudiantado.

El histórico astrónomo, ingeniero y matemático Galileo Galilei, en su frase célebre, decía que “las matemáticas son el alfabeto con el cual Dios ha escrito el universo”. Sin embargo, ni siquiera estas palabras inspiran mucho a los chicos que, a las 2:30 de la madrugada, tienen mucho sueño y terminan diciendo “en febrero nomás ya voy a pasar”.

Más de una vez te habrás hecho la típica pregunta: ¿en serio me van a servir las matemáticas cuando sea mayor?, pero tampoco el clásico discurso de los profesores sirve para motivarnos al 100% a querer pasar ratos con los números y con el libro de Baldor. “Les van a servir las matemáticas para toda la vida, al ir al súper, al leer una gráfica, al verificar sus distintas cuentas y facturas, etc.” son las constantes palabras de los docentes que, en realidad, no entendemos o no queremos entender.

Lo cierto es que el desarrollo del cerebro se ve promovido en el ejercicio y en la práctica de las matemáticas. El lenguaje, la atención, la habilidad visuoespacial y las funciones ejecutivas mentales representan solo algunos factores del cerebro que se activan a la hora de desarrollar los ejercicios difíciles, según un estudio de la Unidad de Trastornos del Aprendizaje Escolar del Hospital Sant Joan de Déu, Barcelona.

El desarrollo del cerebro es lo que se busca, si hablamos del objetivo de aprender matemáticas en primaria y secundaria. Mientras más conocimiento numérico tengamos de ecuaciones, trigonometría y demás, otras ventajas se sumarán como, por ejemplo, la facilidad de resolver diferentes problemas cotidianos, usar el pensamiento lógico y ordenar los factores de una situación acelerada.

Ahora, con un poco más de esfuerzo y dando la milla extra, podremos llegar a entender las matemáticas que tanto nos complican y pasar de curso con una buena nota. A la vez, ya sabemos que no nos desvelaremos en vano para comprender las ecuaciones y memorizar las fórmulas, pues esta ciencia exacta tiene sus beneficios a largo plazo.

Por Eliseo Báez (16 años)

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