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Muchas personas creen que nuestro Chaco es tan seco como un desierto; sin embargo, también posee algunas zonas con árboles nativos, pero esto podría durar muy poco tiempo si la deforestación continúa.
La región Occidental es hogar de varios animales como el jaguarete, el tapir y el tatu bolita que, lastimosamente, están en peligro de desaparición por el desmonte de árboles que se realiza diariamente, además de ser víctimas de la caza ilegal.
Los variados árboles que se pueden encontrar en la zona del Chaco hacen de hogar para al menos 16 especies endémicas de aves como el guyra campana, el loro vinoso, el papagayo azul y el carpintero cara canela. No obstante, estos bellos y coloridos pájaros están amenazados y podrían perder sus hábitats para siempre, si es que no se aplican las medidas para frenar la gran problemática de la deforestación.
El decreto 7.702, promulgado el año pasado, permitió al presidente Horacio Cartes y a muchos otros grandes terratenientes deforestar miles de árboles en sus estancias para que puedan utilizar las hectáreas para agricultura y ganadería. En lugar de sancionar leyes para ayudar a proteger la fauna y flora de nuestro país, tales acciones contribuyen a la extinción de las especies nativas.
El gua'a sa'yju o guacamayo amarillo ya ha desaparecido completamente en algunos departamentos por la deforestación que afecta su hábitat; lo mismo sucede con la palomita morada o Pararu. A estas especies amenazadas solo se las puede encontrar en reservas como Asora Paraguay, una asociación comprometida con la preservación de las aves que les brinda un lugar propicio para su reproducción y desenvolvimiento, lo más parecido posible a su ambiente natural.
Es necesario que la ciudadanía y las autoridades empiecen a comprender la importancia de conservar las plantas y los animales propios de nuestro país. No basta con tener normas que regulen el desmonte de árboles, como la ley forestal N° 422\73 de la Secretaría Nacional del Ambiente y la Ley de "Deforestación Cero", si es que ningún ente se encargará de resguardar íntegramente la fauna y la flora.
No permitamos que la siguiente generación se quede sin conocer al famoso pájaro campana. Seamos conscientes de que la deforestación está acabando poco a poco con la vida de centenares de animales característicos de nuestro país.
Por Fiona Aquino (18 años)