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La película “Nace una estrella”, protagonizada por Bradley Cooper y Lady Gaga, no es solo un remake pop actualizado de sus anteriores versiones, sino una historia que permanece y se vuelve a contar desde aquella primera producción estrenada en 1937 hasta el filme actual.
El romance caótico entre un cantante dependiente del alcohol y las drogas con una chica de talento conmovedor, letras desgarradoras y “ese algo que contar”, vital en el artista, hacen que la película obtenga una buena respuesta del público, así como las anteriores interpretaciones.
Lady Gaga tomó el desafío de interpretar a Ally, el mismo papel que había asumido Janet Gaynor en 1937 y que le hizo conquistar esa primera versión en una época en la que el cine sonoro estaba en su auge mundial. A diferencia de Gaynor, la cantante pop actual asume un rol más coqueto y poético, dándonos a conocer una chica que transmite mucha fuerza con sus letras, melodías y voz.
Cooper, aunque obtuvo críticas negativas por su dirección de la película, en su rol de Jackson Maine es más aplaudido. Bradley asumió la gran responsabilidad de sobrellevar esas dos funciones juntas con coraje; si bien fue cuestionado por el enfoque de esta versión de Nace una estrella, igualmente mucha gente lo alabó por vivir la película frente a la cámara.
Cooper, con su equipo de fotografía, mostró en la mayoría de la película una nitidez, quizás, algo aburrida para los ojos, a diferencia de otros filmes de Warner Bros. Pictures como The Greatest Showman que está lleno de color. Este juego de tonos visuales, al final, permitió que la película dé un enfoque mayor a la música y realce las pocas escenas coloridas como en la que Gaga cantó La Vie En Rose o la parte final de I'll never love again.
Las canciones, al paso que transcurre el filme, van contando la historia por sí solas. Temas como “Shallow” transmiten una fuerza increíble, pues el dúo de Gaga y Cooper, combinando sus matices, da más implicancia emocional.
Con una estructura diferente a un tema pop “completo”, este es más emocionante, sin siquiera contar con una segunda estrofa. Esto hace que Shallow sea gran merecedora del Oscar a mejor canción original, premio que ganó este domingo.
Nace una estrella no solo es recomendada para que la vea un artista ya que, aun con detalles muy difíciles de apreciar para todos, es una película que demuestra humanidad, búsqueda incansable para cumplir sueños y, además, cuenta que las mejores personas son las que sufren más, pero eso le da sabor a la vida.
Por Eliseo Báez (16 años)