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“La música es el lenguaje del alma”, dice una conocida frase que hemos escuchado repetir tantas veces. Escuchar rock, pop, electrónica, metal, reguetón o cumbia es lo que está de moda. Mucha gente disfruta de estos géneros y se siente muy bien al oír los temas de sus grupos favoritos. Entonces, con tantos estilos modernos, ¿quién pio va a escuchar música clásica en pleno siglo XXI?
En realidad, pocas personas son las que, actualmente, disfrutan de obras maestras como las sinfonías o el Himno de la alegía de Beethoven, Las cuatro estaciones de Vivaldi o La marcha turca de Mozart. Estas personas gozan de los beneficios que otorga al organismo el escuchar música clásica.
Por ejemplo, según el portal The Journal of Surgery Cardiothoraic, escuchar música clásica después de un trasplante de corazón puede ayudar a la reducción de la ansiedad, el dolor y las naúseas del recientemente operado. Además, se cree que dichas melodías podrían tener algún efecto positivo sobre el sistema parasimpático.
Así también, la Universidad de San Diego, EE.UU., realizó un estudio demostrando que la música clásica puede ayudar a bajar los niveles de estrés y ansiedad. El experimento consistió en comparar a las personas que escuchaban estilos como pop, rock, jazz y música clásica, entre otras. El resultado mostró que quienes oían las clásicas melodías tenían niveles más bajos de presión arterial.
El “efecto Mozart” consiste en una serie de beneficios que experimenta nuestro organismo al escuchar al genio del piano. Muchos investigadores coinciden que oír las melodías del austriaco causa excitación, por lo que provocaría una mejora temporal, de alrededor de 15 minutos, del razonamiento espacial y de la memoria a corto plazo.
Algo que se dice popularmente es que quienes escuchan música clásica son más inteligentes que el resto de las personas. Según un estudio realizado por el Dr. Gordon Shaw, de la Universidad de California-Irvine, los niños que escuchan a Mozart y luego estudian piano tienen mejores puntuaciones en matemáticas que los demás.
La música clásica es una maravilla que puede servir para concentrarte y relajarte mientras estudiás o trabajás. Además, otro estudio demostró que este estilo sirve para acabar con el insomnio, pues la paz que transmiten las melodías otorga tranquilidad a todo el cuerpo. Ahora que sabés algunos de los beneficios de la música clásica, ¿vas a seguir llamando anticuado a quien la escucha o vas a probar si son ciertas las bondades que otorgan las creaciones de los grandes maestros?
Por Brian Cáceres Verón (18 años)