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Estudiantes secundarios marcharán este viernes 25 para exigir una mayor inversión en educación y un presupuesto que incluya un monto específico para libros de texto. La campaña que vienen realizando empezó hace poco más de dos años en la histórica movilización del 2015 que destituyó a la exministra de Educación Marta Lafuente.
En las protestas que realizarán se espera que en Asunción participen entre 300 y 400 estudiantes; además, habrá movilizaciones similares en 20 ciudades del interior del país. La petición de la Unepy a las autoridades es que "exista un monto específico que esté dentro de lo destinado al Ministerio de Educación en el Presupuesto General de la Nación".
La Unepy exige al MEC que cumpla con la provisión a tiempo de los kits escolares. “Los estudiantes nos movilizamos porque necesitamos de una educación de calidad, lo que conlleva tener libros de texto, colegios en buenas condiciones, equipamientos escolares adecuados y docentes capacitados. Hoy no tenemos nada de esto y pretendemos conseguirlo”, señala un comunicado del grupo.
Los secundarios están coordinando una movilización conjunta con los profesores, que también marcharán el 24 y 25 del presente mes para exigir un aumento salarial. Por otro lado, la Federación Nacional de Estudiantes Secundarios viene realizando una serie de actividades durante todo el mes de agosto y prepara otra marcha estudiantil, prevista para el 29 del corriente.
Una vez más, los estudiantes saldrán a las calles para reclamar una educación de calidad, ya que están cansados de las promesas incumplidas y las excusas de siempre por parte del Gobierno. Paraguay invierte 3,5% de su Producto Interno Bruto en educación, muy por debajo del 7% mínimo exigido por la Unesco a nivel mundial.
Los secundarios están conscientes de que todos los problemas que tiene el sistema educativo de nuestro país no se resolverán de un día para otro; por esa razón, continuarán con la lucha que habían empezado hace dos años hasta lograr el objetivo principal, que es acceder a una mejor educación.
Por Romina Ferreira (18 años)