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La indignación de la gente pareciera estar creciendo cada vez más; quizás, debido a la manera corrupta y vergonzosa como actúan algunas autoridades. Mientras tanto, el presidente Horacio Cartes nos “vende” un discurso barato cada vez que puede.
Senarratas, dipuchorros, etc., son algunas palabras que se están utilizando cada vez más en las rondas de tereré. Parece no ser tan importante pero, si analizamos bien, no son vocablos cultos que añaden conocimiento alguno, sino calificativos negativos que demuestran la clase de autoridades que tenemos en este “nuevo rumbo”.
Hace más de un año, los universitarios rompieron el silencio e iniciaron la primavera estudiantil. La conformación de UnaNoTeCalles desembocó en la renuncia de Froilán Peralta, exrector de la UNA y principal cabeza corrupta de la institución.
Luego, buscando terminar una estructura que defiende intereses particulares, los estudiantes se volvieron a despertar con movilizaciones que continúan hasta hoy día. De este modo, demuestran cómo se construye un mejor país, mientras otros solo discursean.
Muchas personas ya están cansadas de escuchar a los politiqueros que no contribuyen con el progreso que el país necesita. Por eso, salen a las calles a demostrar su repudio de una forma activa y patriótica ante las actuaciones vergonzosas que el “nuevo rumbo” presenta.
Es increíble cómo algunas autoridades, incluyendo al Presidente, tratan de convencer a la gente con oratorias baratas, creando una confusión que lo único que busca es desmovilizar a la masa. Por eso, es hora de que todos seamos contralores o verificadores de estos discursos, para demostrar luego nuestro repudio en las calles y crear el verdadero país que estamos necesitando.
Por Joaquín Tandé (18 años)