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Hay un capítulo de los Simpsons en el que Homero piensa que es capaz de predecir la fecha exacta en que el mundo encontrará su fin. Después de observar una película, el personaje siente que es el elegido para contarle a la gente qué debe hacer para lograr la salvación.
Sumido en complicados cálculos y estudios de libros sagrados, Homero convence a algunos ciudadanos de Springfield para que lo acompañen a la cima de una montaña a esperar que todo acabe, pero ello no ocurre, solo caen unas gotas de lluvia.
Es difícil pensar que algunas personas crean ser las elegidas en la vida real y actúen como lo hizo Homero. Sin embargo, aunque parezca otro invento hollywoodense, sí ocurre. Entre nosotros encontramos algunos ejemplos que permanecen en el anonimato.
Tal vez te haya ocurrido que, mientras viajabas tranquilamente en el colectivo, una persona se paró frente a todos y comenzó a hacer un discurso sobre conspiraciones del Gobierno, enfermedades virales esparcidas por instituciones como la CIA o el típico "enderecen sus caminos, hermanos, porque el fin se acerca".
Imaginate que un señor se levante de su asiento en mitad del viaje y comience a hablar: “Les pido por favor que no le cuenten al Gobierno cosas que no salgan de mi boca; estoy de acuerdo con todo lo que haga o diga el presidente Mario Abdo” y luego, sin dar razones, se acomode en su lugar como si nada hubiera pasado.
Después de algunos minutos y de que la cantidad de pasajeros sea mayor, la misma persona se para y comienza una nueva perorata. “Yo, por medio de una iluminación divina, supe que iba a ocurrir la tragedia del Ycua Bolaños, pero nadie me creyó”, comienza a manifestar el hombre.
Entre sus “revelaciones”, se encuentran el juicio político a Lugo, la quema del Congreso y hasta la forma de encontrar al EPP. O sea, si este “profeta” hubiera hablado antes, todos los problemas del país no hubieran tenido lugar.
Muchas veces, uno no tiene nada mejor que hacer durante el viaje en colectivo y se pone a leer lo que las personas escriben por los asientos. Uno de los textos más comunes es “El libro que el Gobierno no quiere que leas: 'La batalla del siglo' ¿Qué oculta el Vaticano?”.
Si uno busca este libro en la web, se entera de que, efectivamente, habla de una especie de batalla secreta entre la Iglesia y el Estado que se libró en el siglo pasado y perdura hasta ahora. Es probable que la persona detrás de los garabatos del colectivo haya leído esta historia y sienta que solo ella puede sacar al resto del mundo de las tinieblas de la ignorancia.
Estos desvaríos no son para nada peligrosos, incluso, sacan algunas sonrisas socarronas a las personas que los oyen. No obstante, en el fondo, puede que te enternezca un poco que los “nuevos profetas” crean en verdad sus fantasiosas historias.
Por Belén Cuevas (16 años)