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Formar una biblioteca personal es el sueño de algunos lectores, pero otros prefieren crear una carpeta virtual de libros descargados de la web. Desde hace mucho tiempo, los jóvenes que continúan realizando sus trabajos mediante enciclopedias son vistos como bichos raros, pues hoy todo se hace a través de Internet.
Para algunos niños, las bibliotecas fueron espacios llenos de magia en donde vivieron emocionantes aventuras, mientras recorrían las páginas de sus primeros libros de cuentos. Las habitaciones repletas de novelas y enciclopedias están siendo reemplazadas por carpetas llenas de obras literarias en formato digital.
El factor económico es una de las razones por las cuales un lector prefiere los libros en el formato electrónico antes que los impresos. Los readers crean grupos de WhatsApp, donde comparten sus sagas favoritas y solicitan a los miembros aquellas historias que desean leer, ya que no pueden tener el ejemplar en forma física porque el precio supera sus posibilidades financieras.
Los escritores John Green, Becca Fitzpatrick y Cassandra Clare han adquirido mucha popularidad entre los jóvenes en los últimos años. Las obras de estos autores tienen un precio bastante elevado que, tal vez, pueda causar dolores de bolsillo a un lector adolescente. Por otra parte, sagas como Harry Potter y El Señor de los Anillos son siempre muy solicitadas y, por lo tanto, cuestan un ojo de la cara.
Si uno desea específicamente las obras juveniles que están de moda, la mejor opción suele ser conseguir una versión digital. Sin embargo, adquirir libros impresos no siempre resulta tan caro; en algunos lugares la capital, uno puede encontrar clásicos como “Los tres mosqueteros” al precio de una hamburguesa.
Además, varias librerías tienen secciones dedicadas exclusivamente a los lectores que no poseen mucho dinero; las mismas suelen exponer sus “libros de segunda mano” que, en realidad, son reliquias literarias, en mesas afuera de los locales.
Algunos lectores prefieren tener novelas en sus smartphones por cuestiones de comodidad pues, de esa forma, pueden leer en cualquier parte sin necesidad de llevar el libro en la cartera adonde vayan. Por otro lado, están los apasionados que desean sentir el libro en sus manos y disfrutar del viaje literario a la antigua, este tipo de aficionados incluso disfruta de tener su lectura favorita en la mochila. A pesar de que la tecnología va ganando terreno y muchos lectores prefieran digitalizarse, siempre habrá una minoría que no cambiará por nada sus aventuras en el mundo de papel.
Por Belén Cuevas (16 años)