Cargando...
La sensación de elevarte entre las nubes y tener a todo el país, con sus pequeños habitantes incluidos, frente a vos, y que tu piel haga contacto con la refrescante brisa y tus pulmones se llenen del aire puro que se siente en la cima de tu tierra son algunos recuerdos que guardás luego de escalar un cerro.
Esta actividad resulta una de las más atractivas para los turistas y compatriotas que pasean por los senderos de nuestro país, quienes se ven maravillados por el manto verde de los cerros. Los destinos más famosos, entre estos miradores naturales, son el Tres Kandu, Akatî, Ñemby y Kõi.
Con una imponente altura de 842 metros, el cerro más grande de nuestro país, ubicado en Guairá, es como un imán para las miradas de aventureros y amantes de la naturaleza. El Tres Kandu, además, posee una extraña y tierna guía para los visitantes: una perrita cuyo nombre proviene del cerro, que se encarga de mostrar su hogar a las personas y, según los que han estado en el lugar, el can decide con quién subir y con quién no.
En las cercanías del Tres Kandu se encuentra otro de los escalones al cielo: el Cerro Akatî. En lo alto de esta maravilla natural se halla un banquito desde el cual se puede ver, a lo lejos, Colonia Independencia con sus casas y personas en tamaño pequeñísimo. Estar sentado en ese lugar y quedarse simplemente a apreciar la vista provoca que el aire puro inunde tus pulmones y vaya limpiando tus preocupaciones.
En 1993, el Cerro Kõi, ubicado en Areguá, fue declarado patrimonio de la humanidad debido a que está compuesto por piedras areniscas columnares prismáticas, las cuales se encuentran únicamente en otras dos partes del mundo: Canadá y Sudáfrica. Estas rocas parecen esculturas hechas por la madre naturaleza, pues dan la impresión de haber sido elaboradas intencionalmente por las manos de seres celestiales.
En los días festivos y fines de semana, las redes sociales se ven inundadas de imágenes del cerro Ñemby. Este es uno de los destinos preferidos para pasar los días de descanso desde que el municipio de Ñemby lo habilitó para el público y la ciudadanía comenzó a aprovechar su prodigiosa vista para relajarse y alejarse por un rato del mundanal ruido.
No importa si realizás una visita guiada o te aventurás a explorar los alrededores con tu grupo de amigos, la experiencia de escalar algunos de los cerros de nuestro país resultaría única, pues estarías subiendo a las nubes con las maravillas que nos obsequió la naturaleza.
Por Belén Cuevas (16 años)