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La belleza de nuestras danzas tradicionales y cultura deberían dar la vuelta al mundo para que todos conozcan que la tierra guaraní derrocha talento y magia. Este es el propósito que impulsa al elenco “Paraguay rekove” al promover el legado nacional en diversos rincones del planeta.
Gustavo Mendoza, oriundo de San Antonio, cumplió uno de sus grandes sueños a pesar de su corta carrera artística. Fue el bailarín más joven de “Paraguay rekove” que viajó a Dubai, Emiratos Árabes Unidos, uno de los puntos turísticos más exóticos del mundo. El joven forma parte del plantel desde hace nueve meses debido a que la profesora Giannina Pizani, su actual directora, le invitó a unirse al elenco.
Pareciera que Gustavo ya estaba predestinado para el mundo de las coreografías según una curiosa anécdota: “En un concierto, en el que mi hermana bailaba, me escapé de mis papás y me subí al escenario para acompañarla con mi danza, ante el asombro de todos los presentes”, recuerda.
Paraguay fue uno de los 31 países que desplegaron lo mejor de su cultura en el “Heritage Days of Sharjah”, festival de danza y música realizado durante el mes de abril en Dubai. Al ritmo de nuestros clásicos como “Galopera” y “Pájaro campana”, 20 compatriotas deleitaron al multitudinario público y a destacadas autoridades de los Emiratos.
“Fue una experiencia única: recorrimos el desierto, nos asombramos por los imponentes edificios y brindábamos cuatro a cinco shows por día. Todos nos felicitaban y, con los aplausos al final de las presentaciones, sentíamos que el sacrificio valía la pena”, rememora Gustavo.
Ataviado con las coloridas vestimentas típicas, Gustavo deslumbra una simpática sonrisa en sus fotografías, al realizar los pasos de baile con sus colegas. “Estoy muy contento y agradecido de formar parte de “Paraguay rekove”, grupo maravilloso de jóvenes talentosos. Más que un elenco somos una familia en donde crezco como persona y artista”, comenta orgulloso.
Gustavo recalca que la danza le regaló los momentos más dichosos de su vida. “Amo bailar, no me veo haciendo otra cosa en el mundo. La sensación que experimento al estar en el escenario me permite transmitir sentimientos”, indica el joven.
Este bailarín continúa luchando por sus anhelos e insta a los jóvenes con optimismo: “Persigan sus ideales con sudor y constancia. 'Ningún soñador es demasiado pequeño y ningún sueño es demasiado grande'”, culmina.
Por Víctor Martínez (19 años)