Las personas tóxicas dañan y transmiten mala vibra a quienes las rodean

Sin energía, desanimado, con dolor de cabeza…, así te podés sentir cuando estás cerca de una persona tóxica. La mala onda y la negatividad de algunos afectados están en todos lados: en el trabajo, en tu casa, en la calle, incluso en tu propia vida.

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Según la psicóloga Rocío Rodríguez, una persona tóxica es aquella que intenta controlar o dominar a los demás, intimidando, culpabilizando y ninguneando a sus víctimas. Utilizan a otros como herramientas y tienen una autoestima baja.

Así, podés encontrarte con personas tóxicas en tus relaciones de pareja, en tus amistades, en tu familia, en tus compañeros de trabajo o de clase, etc. Además, la profesional menciona que son personas que hacen la vida imposible a los demás porque la envidia está muy presente en ellas y buscan hundir a los otros al no ser capaces de competir en cualidades con quienes les rodean.

También son las personas chismosas que difunden rumores que no son ciertos o están muy tergiversados y que crean un ambiente hostil en el grupo en que se encuentran. Son individuos que se entrometen en otras relaciones o generan cizaña entre las familias o en el lugar de trabajo.

Además, se caracterizan por ser manipuladoras, que intentan conseguir todo lo que se proponen pasando por encima de quien se interponga en su camino o utilizándolos para conseguir sus propios intereses.

Las personas tóxicas siempre tienen algo que decir sobre lo que uno opina, nunca están de acuerdo con las ideas de los demás porque no les parecen suficientemente buenas o porque no son como las suyas. Tienden a menospreciar las opiniones que uno da por el simple hecho de ser diferentes de las suyas y suelen obstaculizar los avances de quienes tienen al lado para evitar la innovación y la creatividad.

En las relaciones de pareja o en las amistades, esta dependencia se manifiesta de otra forma, convirtiéndose en relaciones intensas y turbulentas. Pueden llegar a ser asfixiantes, pues siempre están exigiendo atención y se enfadan al no ser los protagonistas.

Las personas tóxicas continuamente solicitan compañía y admiración; son posesivas y muy celosas, llegando a aislar a sus parejas o amigos por exigir dedicación exclusiva. Pueden llegar al maltrato físico o psicológico para conseguir sus objetivos.

La licenciada Rodríguez recomienda alejarse de este tipo de personas por el bien de la salud física y mental, porque a la larga puede haber más confictos y la convivencia será agonizante. Descargate, desintoxicate, reconstruite y verás que después de una tormenta vuelve la calma y tu vida mejorará; es más, te darás cuenta de que la vida es preciosa siempre y cuando estés rodeada de personas bellas y respetuosas.

Por Romina Ferreira (18 años)

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