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Vas por la calle y ves que alguien manda un animado saludo desde la otra vereda y vos todo contento le devolvés el gesto; pero resulta ser que había alguien detrás tuyo y que esa cortesía no era para vos. Lo único que querés es que la tierra te trague.
¿Cuántas veces te quedaste en un silencio incómodo al entrar en un ascensor con personas extrañas? Todo va bien, saludás cordialmente, pero luego, cuando las puertas se cierran y comienza el trayecto, no sabés hacia dónde mirar ni qué decir, solo rogás que el elevador llegue rápidamente a tu piso para ya no sentirte observado como bicho raro.
Estás con tu mejor amigo paseando por la calle y, de pronto, alguien saluda a tu compinche. Empiezan a hablar animadamente y vos, como no sabés qué hacer ni qué decir, activás el modo planta y te quedás como adorno floral hasta que termine la charla entre socios, pues tu acompañante se olvidó de presentarte y quedaste como enano perdido en procesión.
La amistad entre chicos y chicas es algo que muchos no pueden comprender. Es por esto que muchos asumen que sí o sí hay una relación amorosa y cuando te ven con tu amigo surge la pregunta “¿son novios?” y ambos se miran desconcertados preguntándose cómo negarlo sin que parezca que están ocultando algo.
Vas caminando tranquilamente por la vereda de tu antiguo colegio y, queriendo saludar a tus exprofes, descuidás tu camino y en plena calle te tropezás al más puro estilo de “Los tres chiflados”. Para disimular tu vergüenza, empezás a reírte de vos mismo, mientras te sacudís el polvo y tratás de recuperar la poca dignidad que te queda.
Todos, en algún momento, nos hemos enamorado de algún chico lindo. Cuando esto pasa, las primeras en enterarse son tus best friends, pero también son las pioneras en hacerte pasar las peores peladas frente a tu amado. “Bueno, les dejamos solos, tenemos cosas que hacer” y “hay alguien acá que habla mucho de vos” son los comentarios recurrentes cuando tus amigas y tu platónico están en la misma ronda.
En la era del WhatsApp, las capturas de pantalla ayudan a hacer que el chisme sea más interesante y entretenido. Lo malo llega cuando hacés screenshot y la envías a la persona cuyo chat fue fotografiado y, ahí mismo, deseás morir. Gracias a Mark Zuckerberg ahora podemos simplemente eliminar el mensaje, antes de que el destinatario lo vea y asunto olvidado.
No importa cuál sea el papelón que hayas pasado, no te preocupes, todos hemos vivido situaciones embarazosas. Las peladas duran un rato y luego todos les restan importancia. Así que la próxima que pases por un momento incómodo, tratá de ponerle onda y pensá en la anécdota que va a surgir gracias a ello.
Por Divina Alarcón (18 años)